martes, 26 de marzo de 2019

CORNEANDO 6


En estos tiempos, en los que está tan en primera línea el tema del feminismo, me pregunto ¿A cuantas mujeres de las que tan ardientemente esgrimen las proclamas contra el machismo, no les gustaría tener a su marido esclavizado y de rodillas ante ellas, pendiente de sus deseos?. Deseos sexuales que por otra parte serán saciados delante del hocico del cornudo, por un macho Alfa joven y vigoroso, realzando así la decadencia del que otrora fuera el cabeza de familia.



Deberían planteárselo más de alguna, me gustaría transmitirles el enorme placer que siento al manipularlo y ordenarle bajar la vista para que no vea más que mis pies ante sus ojos de cerdo degollado, cuanto disfruto viendo la diligencia con que obedece mis mandatos, contemplando al mismo tiempo, como agacha su ridícula cabeza coronada por los cuernos que le obligo llevar puestos durante la sesión, en esos momentos compruebo con innegable satisfacción, que el proceso de adiestramiento mantenido durante tanto tiempo con el animal, han dado los frutos que yo buscaba e incluso han superado mis expectativas primeras.

Es muy divertido ser manoseada por mi amante mientras pisoteo la pollita del ciervo o golpeo con la punta de mi sandalia los cojonazos del capón, por cierto, en esta ocasión, los huevos se le estaban poniendo de un color cárdeno y al darme cuenta de ello, decidí liberarlo del aro constreñidor, prefiero evitar disgustos y perder un animal tan obediente o convertirlo en eunuco. Me gusta tener a mi disposición esa bolsa testicular para descargar sobre ella mis golpes, arañazos, estrujamientos, etc., me relaja muchísimo el poder jugar con esas pelotas calientes y obtener a través de ellas máxima obediencia por parte del esclavo.



El latiguillo que veis en el vídeo, (creo que ya os lo comenté en algún post) es de un material suave, compuesto de muchas tiras finas, no sé si de nylon o goma, puede ser muy delicado cuando acaricio con el la polla de mi macho, pero también puede ser muy doloroso y bastante duro aplicado con contundencia sobre las diferentes partes del cuerpo del gorrino, en esta ocasión hasta le hice sangre en la polla, (gajes del oficio), aunque si os digo que un Ama debe tener conocimientos suficientes para saber las zonas donde se puede golpear a la bestia sin causarle daños interiores y no desgraciarla.

Espero que disfrutéis con el patetismo del cornudo, siendo humillado delante del macho que va a fornicar con su esposa. Estoy segura de que aún os gustaría más si pudiérais contemplar la expresión doliente de su porcina faz, mientras aguanta las continuas vejaciones a las que es sometido, como un buen perro. Hubo un momento en que creí percibir un amago de mala cara, así que decidí darle una lección y comencé a excitarlo para que se confiara, aunque en el tiempo que duró esa manipulación, de vez en cuando, le estrujaba los cojones o lo abofeteaba, alargando de esa forma, el proceso de llenado de huevos, cuando percibí que el muy asqueroso jadeaba, le solté a bocajarro, lo que más odia y más repugnancia le produce, no fue otra cosa que adelantarle lo que le esperaba: la obligación de comer leche de macho, como yo le tengo enseñado, imitando los sonidos de un cerdo tragando con gula el más rico manjar, ha habido alguna ocasión en que después de terminar esa labor ha tenido que salir corriendo a vomitar en el baño, verlo pasarlo mal y escuchar su sufrimiento es música celestial para mis oídos.

miércoles, 20 de marzo de 2019

CORNEANDO 5


A veces me gustaría saber hasta que punto, es el grado de humillación que siente en su interior el cerdo cornudo, cuando me ve pajeando una hermosa polla con las tetas y lamiendo con gula el gordo capullo de un macho de verdad. En esos momentos espero y deseo que se sienta como la basura que yo considero que es, creo que no ando muy descaminada en esta apreciación, ya que le rictus de dolor y frustración en su rostro, me indican claramente, que el animal sufre sus cuernos con obediencia, pero siempre acompañada de un sentimiento grande de pena, que por supuesto hace mucho más placentera mi excitación en el acto sexual con mi amante.



El tenerlo castigado, grabando y sacando fotos, como si de un preso condenado a trabajos forzados se tratara, hace mella en su espíritu de medio hombre cornudo, transformando su patética y porcina cara en la de un bebé llorón y más todavía cuando tiene que estar haciéndolo mientras el macho Alfa de turno, se recrea mamando mis pezones y poniéndolos duros, como garbanzos sin cocer, en esos intensos momentos de libido, me divierte hablarle con autoridad y para su mayor ridiculez y frustración calentarlo hasta que piensa que lo voy a dejar correrse, así que cuando el puerco comienza a jadear, paro instantáneamente de tocarlo, dejándolo con esa sensación de fracaso que todo medio hombre está abocado a sentir, el dolor de huevos que eso le genera no pasa de ser otro castigo más ya que tiene prohibido correrse sin mi autorización.

Cuando le ordeno fotografiar la gorda polla de mi amante junto a su mini picha, lo hago consciente de que eso forma parte de su humillación, generando al mismo tiempo, imágenes que luego tiene que ir guardando en el álbum de recuerdos cornudos y que le hago llevar actualizado para su vergüenza y también para poderlo mostrar a nuestras amistades del mundo vicioso, cuando en ocasiones nos juntamos.

Os puedo decir que al grupo les encanta pasar el álbum fotográfico de mano en mano, haciendo comentarios jocosos y muy humillantes para mi maridín, que obviamente los tiene que soportar con gesto complaciente como un buen perro.

Actualmente ya no fumo, pero por aquel entonces me resultaba muy placentero encender un pitillo en medio de una sesión para relajarnos ambos amantes y luego retomar el encuentro con renovadas energías.

En la sumisión del cerdo me gusta castigarlo en el baño o en otra habitación, rumiando su pena en solitario sin poderme ver ni oír, mientras yo hablo con mi amante y acaricio su miembro para que no pierda esa dureza que tanto me gusta sentir.



Si entre mis seguidores hay alguna mujer, quiero hacerles saber que si tenéis la oportunidad, no la desaprovechéis, no os podéis imaginar el gusto que da tener un pelele sin voluntad propia, dispuesto a obedecer vuestros caprichos y no os cuento la sensación de superioridad que se tiene sobre él cuando tienes un amante joven al que poder decir sin pudor alguno y delante del hocico del cornudo - ¡Vamos a follar cariño!

jueves, 14 de marzo de 2019

CORNEANDO 4


Después de un tiempo de pausa, vuelvo de nuevo a la serie CORNEANDO que inicié hace unos meses, aportando para ello, alguno más de los fragmentos correspondientes a la película grabada por el cornudo durante la duración de aquel encuentro, mi mayor deseo es que sigáis interesados en verlos y consiga calentaros como yo lo estuve en aquellos momentos.



En el reportaje que cuelgo hoy, podéis seguir disfrutando de las humillaciones que me encanta administrar al picha corta de mi maridín, y que desearía sin lugar a dudas, que la persona que esté conmigo supiera ejercerlas sobre él, haciéndole mucha más dura su presencia al lado nuestro (en este caso eché de menos ese morbo).



Cuando ordené a Porky salir de la habitación y meterse en el baño, lo que buscaba no era otra cosa que hacerle sufrir sin poder ver lo que sucedía a sus espaldas. Yo sé que en esa situación lo pasa realmente mal, no sería la primera vez que cuando le hago regresar a la escena para que siga grabando, vuelve con el rostro surcado por las lágrimas que en su encierro ha derramado y no os negaré que el verlo así, me excita y calienta en grado sumo, haciendo aflorar dentro de mi la vena sádica y dominante.