Como os comenté en el reportaje anterior, Luisy me complació
poniendo a mi disposición a una sumisa primeriza en estas lides y a la que
llamaré "Perra".
Para ese primer contacto la putita alquiló un pequeño
apartamento en el que poder desarrollar mis juegos y a tal fin quedamos una
tarde para vernos todos allí.


Unos minutos después de la hora acordada, llegué acompañada de
mi sirviente que portaba un bolso grande con diferentes juguetes para utilizar
en la sesión, los dos sumisos me esperaban completamente desnudos como a mi me
gusta que estén en mi presencia los animales, los saludé cordialmente desde Ama
a bestias y le di la orden a Porky de despojarse también de sus ropitas de
persona, con los tres sumisos ataviados con las mismas prendas con las que las putas
de sus madres los trajeron al mundo comencé ordenando a mi mascota que tumbara
a "Perra" en la cama y comenzara a masturbarla y lamerla pero sin
permitir que se corriera, con la advertencia de castigo fuerte para las dos en
caso de que yo escuchara tal cosa, yo por mi parte cogí a Luisy y me lo llevé
al baño para travestirlo y maquillarlo como la pequeña puta que es y se siente.



Cuando terminé de acicalar a la zorra, ya vestidita de nena,
con su faldita a cuadros, su blusita blanca, sus grandes tetas y su lindo
maquillaje femenino, la llevé hasta la habitación y comprobé que el cerdo
continuaba calentando a "Perra" parando cada vez que ella aceleraba
la respiración y estaba próxima a explotar en un orgasmo, dejándola siempre con
enorme frustración cada vez que eso ocurría, por supuesto me complació que así
fuera, me gusta controlar las corridas de los animales.



Con una patada en el culo ordené a Porky que comenzara a
grabar y fotografiar lo que allí sucediera. Mientras lo hacía, mandé a Luisy
ponerse a un lado de la vaquita que permaneció acostada boca arriba poniéndome
yo al otro lado y mientras la nena bajo mi mandato continuaba con la
masturbación y calentamiento de "Perra" yo me dedicaba a pellizcarle
y pretarle los pezones causándole daño cada vez que la excitación llegaba a
punto alto, provocando de esa forma la inmediata parada de la misma, también me
divertía metiendo los dedos en su encharcado chochazo y llevándolos después a
su tragona boca para limpiarlos o también escupiendo saliva en el interior de
su cavidad bucal, cuando boqueaba de placer la muy guarra.



Para jugar más con sus instintos ordené a "Perra"
que pajera el clítoris de Luisy, para tenerlos a los dos en un punto ascendente
de excitación, mojando sus sexos como dos buenas putas, estaban las dos
chorreando, así que pensé que sería conveniente que se limpiaran como dos
buenas lesbianas haciendo un 69 para tragar sus respectivos fluidos. Mientras
Porky con su asquerosa barriga mantecosa continuaba girando alrededor de las
tortilleras, cumpliendo con su obligación de hacer un buen reportaje y dándome
gusto a lo que yo deseaba.
Cuando las vi demasiado excitadas, las obligué a parar y las
hice sentarse en el suelo a mis pies como si de dos perritas se tratasen y para
refrescarlas después de tanta calentura les pasé un poco de cerveza vertiéndola
en sus bocas desde mis labios, cosa que las mascotas agradecieron como era de
esperar.
A continuación de ese pequeño descanso, me coloqué un arnés de
polla rígida y cogiendo otro consolador se lo metí en el chochazo de
"Perra" para irla preparando a lo que vendría después, luego de
estarle dando con ese pene de goma y cuando ya estaba lleno de fluidos
provenientes de su interior, se lo metí a Luisy en la boca para que saboreara
de nuevo los jugos de su amiguita al mismo tiempo que esta le acariciaba su
pequeño clítoris.




Seguidamente puse a la niñita a cuatro patas y ordené a
"Perra" que pajeara el duro falo que yo portaba para excitarme y
pudiera follar a la zorrita que con el culo en pompa y temblando pero al mismo
tiempo anhelante esperaba el momento. Me dispuse a clavarla pero la muy hija de
puta no supo aguantar y tuve que desistir, pero claro, una vez colocado el
arnés yo tenía la necesidad de follar a alguien, así que coloqué a la cerdita
espatarrada en la cama y con la ayuda de Luisy, le metí la dura pija en el
chochazo que tenía la guarra dándole sin consideración hasta cansarme y
dejándola babeando como la perra que es.




Como aún quedaba algo de tiempo del que se había contratado
para estar en el apartamento, se me ocurrió jugar un poco con la frustración de
Porky y la humillación de Luisy, así que decidí hacer que esta última le
comiera la colita a mi cerdo cornudo, mientras "Perra" por detrás
metiendo la mano debajo de la faldita sobaba y lamía los huevecillos de la puta
mamona, por supuesto el juego consistía en parar en los momentos álgidos de
excitación y divertirme así viendo sus estúpidos ojos anhelantes por poder
llegar al clímax.
Por último y como colofón, con dos succionadores me entretuve
en estirar los pezones y huevos de Luisy, hasta que me suplicaba parar, dando
fin con ello a esta sesión.
Como lo pasé bastante bien en este encuentro aún recompensé a
la putita Luisy con unas pequeñas caricias por parte mía y de
"Perra", pero eso si, sin permitirle correrse en ningún momento y
dejándolo con un buen dolor de huevos.