Hemos llegado a las 100.000
VISITAS y para celebrarlo me viene que ni pintado colgar el primer vídeo en el
que he conseguido difuminar los rostros de las personas y también del cerdo
cornudo.
Espero que os guste y sobre todo
entendáis que mi forma de tratar a ese pedazo de animal no es otra más que la
que se merece, por haber nacido de tan ínfima condición.
El pequeño látigo con el que
castigo sus mantecas, es de un material similar al nylon y aunque puede dar la
sensación de lastimar poco, os aseguro que pica lo suyo y hace daño, aunque
quizás para un borrico como el que yo tengo por marido debiera haber empleado
algo más contundente.
Ahora que he conseguido tapar las
caras, tendré mucha más facilidad a la hora de colgar extractos de bastantes de
los encuentros sexuales que he mantenido durante estos años que llevo de vida
morbosa y por supuesto en todos los que me quedan por delante para seguir
divirtiéndome y jodiendo al cornudo.
Como podéis apreciar en el vídeo,
me encanta algunas veces calentar al muy imbécil y crearle la expectativa de
que va a poder eyacular, pero nada más lejos de la realidad ya que cuando
empieza a resoplar paro radicalmente la manipulación y lo dejo rumiando su
frustración, indiscutiblemente para risión de mi amante y mía.