Aprovecho esta ocasión, para
comunicaros la relación que he comenzado a mantener con mi nuevo novio, lo
llamo así porque ya lo considero algo más que un amante pasajero u ocasional.
Cada vez que nos volvemos a
encontrar, surge esa familiaridad erótica que da la complicidad de lo ya
conocido, eso hace que en escasos segundos me muestre receptiva a sus caricias
y besos. Quiero pensar que a él le sucede lo mismo; la dureza de su polla así
me lo demuestra.
Pues bien este macho, no es otro
que XX, como ya sabéis, lo conocí por primera vez hará un par de meses en el
Brief Encounter y pude constatar que desde el primer momento hubo buena química
entre ambos, al mismo tiempo que un alto deseo morboso.
Después de los encuentros que
habéis podido ir viendo, ese deseo se ha ido acrecentando en mi interior y la
complicidad que vamos teniendo, siempre que nos podemos juntar, motiva que la
libido se me dispare e inevitablemente termine humedeciendo mi pequeña braguita.
Por otra parte, mi semental va
tomando más conciencia del mando que hay que ejercer sobre el cornudo, (sabe
que de esa forma me proporciona mucha más satisfacción), haciéndole blanco de
algunos desprecios o humillaciones, aunque yo espero y deseo que paulatinamente,
vaya aumentando el nivel vejatorio y sea bastante más duro con el hijo de puta
sumiso.
Últimamente, siempre que le digo
al cabestro que se prepare y se vista con su ropita amariconada para ir a ver a
mi hombre, inmediatamente se pone a remolonear y a decirme que si le duele esto
o aquello, con la clara intención del muy estúpido de tratar de impedir esa
cita. Lo cierto es, que le ha cogido unos celos tremendos, cosa que yo disfruto
y además me encargo de acrecentar, con el comentario de que se trata de mi
novio y que estoy enamorada de él por su virilidad. El escuchar estas palabras
de mis labios aumenta la inseguridad y sufrimiento del astado, contribuyendo
con ello a mi mayor placer.
En este último encuentro se
dieron situaciones bastantes calientes que voy a tratar de relataros. Cuando
llegamos al club, salió a recibirnos XX, entré yo primero y él inmediatamente
me abrazó por la cintura dándome un largo beso en los labios, mientras Porky
con sus ojos de besugo llorón, se quedaba a dos pasos detrás nuestro. Al
soltarme, pasé hacia el interior con el cornudo siguiendo mis pasos, el bobo
tendió su mano para saludar a mi chico, (como había hecho en las ocasiones
anteriores), mi novio con gesto serio se la retiró bruscamente, mientras le
recriminaba humillándolo, el cerdo se quedó desconcertado sin saber que hacer,
pero XX, le dijo con voz dominante,
-
¡Pasa para dentro cornudo y siéntate ahí, sin
molestarnos!
Ante la orden autoritaria, el
pusilánime poco hombre, obedeció rápidamente, sentándose a un metro de donde
estábamos la parejita, besándonos y acariciándonos con ganas, se notaba que los
dos deseábamos volver a estar juntos, ya que hacía varios días que no nos
habíamos visto. En la barra había dos personas más que no perdían detalle de la
morbosa situación.
Después de esos primeros
escarceos, le informé a mi macho de la ropa interior que llevaba la maricona y
claro como no podía ser de otra forma, tuvo curiosidad por verla, así que sin
más dilación le hicimos levantarse, quitarse todo lo puesto y quedarse
únicamente con la braguita rosa que llevaba para la ocasión, (los clientes
seguían sin perder detalle de la ridiculización del ciervo y de toda la escena,
claramente cornuda) lo humillamos entre los dos, riéndonos de sus gordas tetas
mientras yo le pellizcaba los pezones de forma dura, causándole daño y
haciéndole gemir de dolor.
Le ordené al imbécil que tal y
como se encontraba en ese momento, comenzara a sacarme algunas fotos, sacó la
cámara de la maletita que siempre lleva a cuestas y empezó primero a tirarme
algunas instantáneas en diferentes partes del local, pero inevitablemente en
cuanto hizo unas cuantas, mi novio que seguía caliente y deseoso de mi cuerpo,
se acercó al taburete donde me encontraba posando y me sacó las tetas
sobándomelas y exhibiéndome ante los presentes como un trofeo; en aquel
momento, me sentí como una puta con su chulo y me encantó estar en una
situación tan viciosa, no contento con eso, subió mi falda, recorriendo mis
muslos y comenzó a frotarme el coño por encima de la braguita, calentándome
como una perra. A todo esto, el puerco en braguita, continuaba con su labor y miraba
con ojos de lechuguino impotente, (Me gustaría saber que sintió el puto cornudo
al ver a su querida esposa tratada como una zorra de puticlub). Por su cara de
medio hombre acojonado, deduzco que no lo pasó nada bien. ¡Que se joda por
nenaza!.
Después de estos jueguecitos,
decidimos trasladarnos a uno de los habitáculos del club, seguidos de la
maricona; a la cual se le ordenó seguir haciendo fotos sin molestar. Mientras
mi novio y yo comenzamos a besarnos de nuevo, al mismo tiempo que nos íbamos despojando
de la ropa, la excitación iba a más y eso hacía que la temperatura fuera
subiendo, comenzamos a lamer nuestros sexos, saboreando nuestros ardientes
fluidos, proporcionándonos el máximo placer.
Aunque todo marchaba de forma
súper excitante y morbosa, teníamos presente y muy cerquita al puto cabestro y
claro, ya sabéis que no me gusta olvidarme de él, sobre todo para humillarlo y
ningunearlo, así que se lo comuniqué a mi macho y nos faltó tiempo, para que
los dos al unísono le ordenáramos,
- Deja la cámara y túmbate boca
arriba cornudo, con las manos detrás.
Es obvio que obedeció como buen
esclavo. Nos subimos los dos de rodillas, dejando entre nuestros muslos, la
cara del cerdo, mi novio estaba enfrente mío, tocándome las tetas, besándome
los pezones y la boca.
Enseguida XX, empezó a pasarle la
polla por toda la cara, el puerco mantenía los labios cerrados, aunque mi
hombre se los dibujaba con el líquido preseminal que se escapaba por el pequeño
orificio de su hinchado glande.
En cuanto me di cuenta de la
falta de cooperación del manso, le grité,
- Abre la boca cornudo y come con
ganas el miembro de mi novio, hazlo con cuidado, pónselo bien duro para que
luego me folle y me haga disfrutar con más ganas, quiero que tu trabajito sirva
para que la penetración sea lo más profunda posible.
El baboso animal obedeció y mi
macho alfa introdujo la mojada pija en la cavidad bucal del puerco, comenzando
a follarlo con golpes de cadera, mientras me morreaba, lamía mis pezones y
pajeaba mi chochito. En mis oídos, escuchaba los ahogos del marrano tragando
polla sin parar, mientras mi amante jadeando de placer, me susurraba
entrecortadamente,
- Es una buena mamona, la chupa
bastante bien la muy cornuda.
La zorrita se portó como a mi me
gusta y le puso el pene bien duro, para poder continuar con el encuentro que
inevitablemente, siguió por cauces altamente excitantes y calientes, cosa que
os seguiré contando en una próxima entrega.
Por ahora ya os he informado de
mi nuevo noviazgo, y de lo satisfecha que estoy de tener una relación tan
especial y satisfactoria. Pero no os alarméis, porque esto no quiere decir, que
no siga buscando otros machos que sepan aportarme placeres diferentes, yo sigo
corneando, tanto a mi marido como a mi nuevo novio. Es mi forma de vida, me encanta
ser una zorra caliente y seguir aprovechando todo lo que los machos alfa me
pueden ofrecer.