Hola de nuevo, mis pervertidos amigos,
comenzaré diciendo que como actualmente se pueden hacer tan poquitas cosas
morbosas, me tengo que retrotraer a vivencias pasadas que espero las disfrutéis
igualmente.
Esta aventurilla que hoy os relato,
sucedió en septiembre del 2019. Pero antes de nada, quiero disculparme por lo
mal que todavía se me da el retocar los vídeos. El programa de edición que
empleo, lleva un montón de funciones y estoy tratando de aprenderlas haciendo
diferentes pruebas, al mismo tiempo que voy preparando reportajes para que los
disfrutéis conmigo, como podéis ver en estos últimos, a veces me quedan un poco
churro, pero ya me haré especialista con todos los que pienso grabar mientras
continúo corneando al picha corta de Porky.
Como ya sabéis, cuando salgo de viaje
turístico, no suelo dejar de lado el añadir el placer del sexo, por ese motivo
allí a donde voy, siempre suelo poner un anuncio calentito, reclamando machos
morbosos que entiendan el juego de "AMA DOMINANTE CON MARIDO SUMISO Y
CORNUDO", y que estén dispuestos a participar activamente en él, lo pongo
así, en mayúsculas y con comillas, porque casi siempre es la forma en que
encabezo dicho anuncio.
Normalmente suelo recibir muchas
contestaciones, pero claro, cuando se trata de ciudades no muy grandes y por lo
tanto menos discretas, las peticiones se reducen bastante, como así sucedió en
el lugar donde grabé este encuentro, aunque realmente es muy raro que no salga
algún candidato para montárselo conmigo.


Estando en esa población y respondiendo a
mi anuncio, quedé con un joven, que se acercó al hotel y se ofreció amablemente
para acercarnos al casco viejo y tomarnos allí una caña, teniendo así, esa
primera charla o morboseo que pongo como imprescindible para comprobar el
feeling entre el aspirante a joderme y yo. Nos sentamos relajadamente en una
terraza del casco para tener esa primera toma de contacto, pero tengo que
deciros que desafortunadamente no encontré lo que yo necesito para ir a más. No
me gustó la forma prepotente de hablar a los camareros, fumaba mucho y además,
tanto las uñas como la dentadura no me resultaron nada deseables, ni siquiera
para un corto morboseo, así que ese día no pasó nada, para alegría del puto
gorrino.
Al volver al hotel revisé el correo en el
ordenador y me encontré con que tenía algunos mensajes más, así que leí todos y
entre ellos elegí el que me pareció mejor por la forma de expresarse y por
alguna otra motivación que ahora mismo no recuerdo, respondí como tengo por
costumbre, a todos los que me habían escrito, pero de una forma especial, al
chico que me acompaña en este reportaje (no digo su nombre porque no sé si es
realmente el suyo y no quiero cometer indiscreciones). Le cité para el día
siguiente en la entrada de mi hotel y no puso ninguna objeción al respecto,
quedando confirmada la cita.

Pasó la noche y llegó la hora que
habíamos acordado para conocernos, diez minutos antes me llamó al móvil,
indicándome que ya estaba esperando, inmediatamente bajé acompañada, como no,
del estúpido cornudo, nos saludamos con dos castos besos ignorando a la mascota
y negándole el saludo. Le dije si le parecía bien acercarnos al mismo parque en
donde había tenido la cita con Carlos, ya que se encontraba casi pegado al
hotel, me contestó que donde yo quisiera estaría bien y allí fuimos, pero al
llegar nos encontramos con que había más gente de la cuenta y se hacía bastante
difícil el poder morbosear, en el caso de que encontráramos el feeling adecuado
entre los dos.
Como yo desconocía la ciudad, le propuse
de montarnos en su coche para que buscara algún sitio discreto donde poder
hablar tranquilamente. El chico no me desagradó desde el principio y me dio
bastante confianza, aunque siendo sincera, no se ajustaba demasiado al
prototipo que más zorra me pone y predispone, además llevaba barba, que es una
cosa que no me gusta porque me produce alergia en el cutis. Ordené a Porky que
se pusiera en el asiento de atrás y yo me senté al lado del joven grandón, que
inmediatamente se puso en marcha, buscando un lugar adecuado en donde poder
pasar un buen rato. Dio más vueltas que una peonza sin encontrar nada
aceptable, hasta que cuando casi desesperábamos, encontró casualmente el sitio
que veis en el reportaje, situado a las afueras de la ciudad, pero que se
adaptaba bastante bien a mis planes viciosos.

A este joven Macho, al principio le
costaba un poco arrancarse (me pareció algo tímido), hasta que comprobó que yo
no muerdo y que si el macho me gusta me muestro muy cariñosa y accesible, está
claro que con algunos más que con otros, siempre por supuesto, dependiendo del
grado de excitación o deseo que me produzca el susodicho, en este caso me
entregué bastante al morboseo inicial, como podéis comprobar. El chico era
joven, muy educado, limpio y desprendiendo muy buen olor, aunque eché de menos
como casi siempre me pasa, la falta de mano dura y humillación para el mierda
desgraciado que me acompaña a mis citas.
Lo más molesto del lugar que escogimos
fue la cantidad de moscas que había pululando por allí ¡Las odio!, las muy
asquerosas, revoloteando a nuestro alrededor, casi no me permitían concentrarme
bien en el morbo de la situación. Aún así, me gustó el comportamiento del joven
hombretón y estaría encantada de volver a quedar con él. Me hizo saber que casi
todos los años se desplaza a un lugar de Aragón para asistir a un evento que se
celebra periódicamente. Así que acordamos que cuando fuera a venir a mi tierra,
se pondría en contacto conmigo para volvernos a encontrar y esta vez sí,
culminar lo empezado con una buena sesión de sexo.
En las imágenes podéis contemplar alguna
de las pocas humillaciones que recibió el enano cornudo de Porky y lo llamo
"enano" porque resulta patético verlo y compararlo en la grabación
que le hice al lado de semejante macho que lo deja a la altura de la mierda,
con esa estatura tan reducida y semejante panza, se podría confundir con un
botijo, de pitorro reducido, ¡Cada día me produce más repulsión! y tengo más
ganas de amargarle la existencia.
Hace pocos días, recibí un correo de un
amigo tremendamente pervertido y de una imaginación sádica como pocas veces he
visto. Me comentaba en el mensaje, que para referirse a Porky, solamente lo
haría con el calificativo de "CARACOL", debido a que las
características de ese gasterópodo son perfectamente reconocibles en mi astado
maridín, ya que sin lugar a dudas y como todos bien sabéis, mi esclavo es una
especie de animal: cornudo, baboso, arrastrado y hermafrodita, además y por si
eso fuera poco en más de alguna ocasión lo han forzado metiéndole pollas en la
boca, ensartándolo de una forma similar a cuando el palillo se introduce para
extraer el caracol de la cáscara. Las fotografías en las que está besando los
pies de mi amigo en agradecimiento por haberme hecho disfrutar reflejan
perfectamente la similitud que el amariconado engendro, tiene con ese bichito,
aunque estoy segura de que si fuera asado a la brasa, el sabor de este gordo y
seboso caracol, diferiría bastante y se asemejaría mucho más al de un torrezno
grasiento.


Muchos os preguntaréis el porqué del
título que le he puesto a este reportaje: "TIRO AL BLANCO", pues
bien, quiero aclararos que quizás se lo he puesto por el deseo de que el misil
blanco y lechoso que lanzó ese potente macho, pudiera haber impactado en el
hocico del puto cornudo como si una diana se tratara. No pensé que ese torpedo
seminal saliera con tanta fuerza, de haberlo imaginado, tened por seguro que el
lechón atocinado puesto de rodillas hubiera sido obligado a recibir en su
porcino morro, todo el impacto cremoso. Ahora ya sé que clase de balas usa y os
juro por mi hija, que si llegamos a tener ese deseado encuentro sexual, el
cerdo con la boca abierta ejercerá de diana con todas las posibilidades de que
el "TIRO BLANCO" penetre directo a su garganta, bajando
irremediablemente a sus asquerosas y porcinas tripas.

Estoy deseando también que cuando volvamos
a vernos, este macho fortachón, no se comporte como un pistolero de un solo
disparo y que algún otro "TIRO BLANCO" acierte en la diana de mi
cuerpo. Lo malo es que este año con la pandemia, ni hay eventos ni hay nada,
así que me toca seguir esperando y son ya demasiados meses sin catar una buena
y dura verga que llevarme al coño. No os podéis imaginar cuanto echo de menos
el tener aventurillas como esta o incluso mucho más fuertes y de más larga
duración, porque cuando me decido por algún macho, me gusta que el encuentro
sexual nunca dure menos de dos horas y si son tres ó cuatro, muchísimo mejor,
pero claro para que eso pueda suceder, necesito de sementales que tengan
suficientes balas en la recámara, que después del primer tiro ya me encargaré
yo de poner el tambor en situación de volver a disparar.

Para terminar, me gustaría hacer una petición a todos vosotros mis viciosos seguidores, se trata de la siguiente: al igual que este amigo me regaló para el cerdo de mi esposo, el vejatorio calificativo de "caracol", os pido que amplieis mi léxico, aportándome los más vejatorios y degradantes adjetivos que podáis encontrar para un ser tan bestializado como es Porky, de esa forma podré aumentar el nivel de humillación sobre él y también la lectura de mis reportajes resultará más amena y menos repetitiva. Os espero.