Con este reportaje que hoy os hago llegar, daré por terminada esta serie dedicada a mí todavía desconocido amigo Carlos, al cual, tengo muchísimas ganas de conocer personalmente, ya que, hasta la fecha de hoy, todos los mensajes que me ha ido enviando, me hacen pensar que se trata de un macho con ideas claras además de morbosas y sobre todo, con una gran disposición para llevarlas a cabo. Al mismo tiempo, con su forma de actuar me ha demostrado ser persona seria y educada, además de haberse portado (sin yo pedírselo), de una forma muy generosa conmigo, cosa que también es un punto muy a favor de él para hacer realidad esa primera cita que ojalá sea el comienzo de bastantes más.
Quiero hacer hincapié, para que no haya malos entendidos, de que según mi humilde opinión, la educación y el respeto nunca van reñidos en absoluto con el morbo y el vicio que me despierta el lenguaje obsceno y duro, poniéndome tremendamente cachonda. El secreto para que las dos formas en el trato hacia mi persona mariden bien, es que el macho de turno, tenga la habilidad e inteligencia para saber utilizar cada cosa en el momento oportuno.
Al hilo de este último párrafo y aunque bastantes de mis seguidores ya lo sabéis perfectamente, debido sobre todo a lo que os vengo contando desde hace muchísimo tiempo, me encanta y excita, que siempre que voy a conocer a una persona por primera vez, después de los primeros saludos de rigor, (ignorando a la mascota cornuda, como debe ser preceptivo), si se da el feeling adecuado entre ambos y comenzamos a adentrarnos en ese terreno algo más morboso, siempre como inevitable consecuencia de haber encontrado ese primer sentimiento de acercamiento mutuo, que nos promueve a dar el paso a situaciones o diálogos más calientes, me excita y me pone húmeda el que el macho de turno emplee conmigo o con el cornudo un lenguaje fuerte y obsceno, utilizando para ello calificativos viciosos y de máximo contenido sexual.
Cuando estoy con un posible amante, me gusta que en esos primeros momentos morbosos y calientes no se corte en emplear conmigo ese tipo de calificativos guarros y obscenos, que tan cachonda me ponen, sobre todo, para que esos pervertidos insultos lleguen a oídos del poco hombre que tengo por marido y al escucharlos se dé cuenta de lo cobarde y mierda que es él y sienta en su interior que no es más que un gusano, incapaz de tener una mínima reacción ante un tío que emplea ese lenguaje para dirigirse a su querida mujercita. El muy gilipollas tiene la obligación de hablarme siempre con el máximo respeto y devoción, por ese motivo le resulta extremadamente degradante, cuando se da cuenta de que un tío al que acabamos de conocer, se dirige a mí de una forma tan viciosa y obscena.
Lo mejor de este reportaje, a mi forma de ver, es el vídeo que lo acompaña y creo que contemplándolo sobran las explicaciones, ya que habla por sí solo sobre el tipo denigrante de vida a la que quiero conducir al puto caracol afeminado.
Solamente comentar, que ya tengo algunos candidatos para usar y divertirse con la zorrita cuando pase la pandemia, pero a pesar de ello, me encantaría que algunos de vosotros me prestarais vuestra colaboración en el emputecimiento y sometimiento de mi afeminada sissy, a la que pretendo convertir en una viciosa ninfómana deseosa de vergas y semen de macho. Al fin y al cabo, bajo mi punto de vista y tal como se ve en las imágenes, la zorrita tiene unos buenos pezones para mordisquearlos o retorcerlos y su gordo culo parece más el de una tía jamona, que el de un hombre.
No me negaréis de que si a la nenaza le meto la cabeza en un saco y la coloco en posición de recibir pollazos por el ojete bien rasurado, creo que pocos hombres notarían la diferencia de su trasero con el de una mujer culona, así que estoy convencida de que la cerda puede ser un buen y aprovechable depósito de lefa para muchos de los tíos que deseen deslecharse con ella, independientemente de que también quieran aprovechar las cualidades mamatorias en las cuales también e inevitablemente va a ser instruida.
Mi querido amigo Carlos, está con tantas ganas de conocerme como yo a él y también me ha dicho que para el día que eso suceda, desea divertirse lo máximo posible a costa de la maricona. Esa actitud en él, hace que inevitablemente mi interés por conocerle aumente de una forma considerable.
Tengo muy claro que todos esos tíos que acuden a la cita, con la única idea de estar conmigo olvidándose del cornudo, no son los que me interesan, siempre he dejado muy claro, que mi juego y vicio no es follar sin más, lo mío es diferente y busco otros morbos distintos e imaginativos que son los que más me excitan, tales como ver al cabrón de mi marido totalmente sometido, humillado, vejado y a ser posible usado por el macho, que después de haberme proporcionado ese sádico y excitante espectáculo como preámbulo de adiestramiento al cornudo y consiguiendo humedecerme el coño contemplándolo, terminará aprovechándose de mi excitación, follándome y comiéndonos sin parar ignorando el reloj, porque también es muy cierto que los polvos rápidos, no son lo mío.
Os adelanto, que en este vídeo, os vais a encontrar con una repetición de algunas escenas, podría llamarlas: "tomas falsas", pero realmente se trata del resultado obtenido al grabar con dos cámaras distintas, y como me ha parecido interesante no perder ese otro ángulo de visión, espero que os apetezca volver a ver el castigo a la cabrona, desde otro punto de vista.
Como veis la feminización de la mariquita, lleva una progresión bastante interesante, aunque todavía le quedan bastantes duras pruebas para que yo me vea totalmente satisfecha con el resultado, hace una semana ha tenido que pasar una de ellas bastante importante, valiéndome de la inestimable ayuda de un muy querido amigo mío y no la superó como yo hubiera deseado, por lo cual, nada más llegar a casa, tuvo que ser debidamente reprendida y castigada. Tanto la prueba que no pasó, como el castigo posterior, lo podréis ver más adelante, ya que fue grabado para vergüenza y humillación de la puta maricona.