martes, 29 de marzo de 2022

VOLVER A EMPEZAR


 

     He elegido este título para mi reportaje en el blog, debido a que al igual que en la famosa película: VOLVER A EMPEZAR sucedió algo parecido a lo que hice yo hace unos quince días después de tanto tiempo de abstinencia forzada y ni os podéis imaginar con cuantas ganas de divertirme viciosamente inicié, la que espero sea una larga andadura plagada de buenos ratos placenteros y morbosos.

 

     Para esa primera vez, elegí el acudir al pub swinger Eskandol. Dicha elección vino dada, por haber leído en sus eventos, que esa noche estaría dedicada a la vestimenta de látex o vinilo. Ese tipo de prendas que tanto me gusta lucir, aunque para mi posterior decepción comprobaría que ese día fui la única mujer que acudió ataviada con ese tipo de vestidos.


 

     Al llegar al pub me dirigí a la zona del bar seguida de mi sumiso maridín, en la barra se encontraban algunos clientes, que como suele suceder, observaron nuestra llegada. En primer término, había una parejita bastante joven en animados toqueteos, algo más hacia el fondo estaban dos chicos de unos treinta y pocos, que aparentemente eran amigos y algo más atrás se encontraba otro hombre solo, que rondaría la cincuentena. Este último no me quitó ojo desde el primer momento que entré, recorrió descaradamente mi cuerpo con la mirada de arriba a abajo varias veces, sin importarle lo más mínimo la presencia de Porky.

 


     Pedí a la camarera que me sirviera mi bebida preferida, para las ocasiones en que salgo a pasarlo bien, mientras que para el ciervo le pedí un batido de fresa que le ordené tomarlo lejos de mí, con el fin de que no me espantara los posibles moscones, aunque para mayor humillación del manso, desde su asiento podía ver cómo me mostraba seductoramente. Me acomodé provocativamente en uno de los taburetes altos situado a unos tres metros más apartado de la barra, con la intención de hacerme más visible a las miradas de los posibles machos. La misma altura de la banqueta, propició el que mi corto vestido quedara bastante subido, mostrando con descaro la parte superior de las medias y casi dejando adivinar la minúscula braguita que apenas tapaba mi caliente coñito. Esa exhibición de mi cuerpo, consiguió que aquellos tres hombres estuvieran pendientes de mis movimientos y no perdieran detalle de lo que sugerentemente les mostraba. Permanecí un tiempo abriendo y cerrando los muslos de forma insinuante tratando de despertar el máximo interés de alguno de ellos, cosa que conseguí, pero como suele sucederme, ninguno dio el paso de acercarse (Cuánto les cuesta a los tíos lanzarse, por fácil que se lo pongan) a veces me pregunto, sí no sería mejor mostrarme más discreta o pudorosa ya que en muchas ocasiones se me genera la duda de si con mi actitud desinhibida los estaré intimidando.

 


     Como pasaban los minutos y ninguno de ellos movía ficha, decidí ser yo quien lo hiciera, le hice una señal a Porky para que me siguiera y me dirigí al cuartito del glory hole. No habían pasado ni cinco minutos de estar dentro, cuando comenzaron a salir por los agujeros manos y pollas que de inmediato quise tocar y calibrar, (hacía mucho tiempo que no tenía entre mis dedos un buen rabo de macho) ansiaba sentir el calor y la dureza de una verga de verdad. Para mi gusto las aberturas circulares de la pared quedaban demasiado bajas y resultaban algo incómodas para llevar a cabo todo el vicio que un pasillo francés me inspira, además, era imposible que los machos pudieran sobar mis tetas o lamer mis pezones, cosa que me encanta y excita cuando lo saben hacer bien. De todas formas, consideré que el hielo estaba roto y ya se habrían dado cuenta de lo cachonda y zorra que puedo llegar a ser, así que decidí salir de nuevo a la barra y comprobar si alguno de aquellos varones, que incluso ya habían podido tocarme el chocho, era capaz de comportarse de forma más decidida.

 


     Para mi decepción los tres seguían igual de parados, sin atreverse a proponerme absolutamente nada, ni siquiera acercarse para hablar, me costaba admitir que por lo menos dos de ellos que habían metido sus dedos dentro mi rajita no fueran capaces de ponerse a mi lado ni rozarme siquiera y os aseguro que mi chochito huele muy bien y sabe mejor. En los ojos de ellos se podía ver perfectamente el deseo que por mí sentían, pero también se adivinaba la falta de saber gestionar una situación como la que se les estaba presentando.

 


    Para que no fuera un obstáculo, ordené de nuevo a Porky que se alejara de mí, pero a pesar de ello, siguió sin haber cambios en la actitud pasiva de los chicos, así que decididamente y sin hacer caso alguno del cerdo mirón, me metí en el cuarto oscuro en el que por el momento no había nadie, con el rabillo del ojo pude comprobar como la mirada deseosa de los tres "tenores" seguía mis pasos, pero lamentablemente sus cuerpos parecía que estuvieran anclados a la barra, permanecí en la casi total oscuridad como unos diez largos minutos en los que aproveché para acariciarme los pezones y la rajita que estaba sumamente caliente y húmeda, hasta que dándome cuenta de que si continuaba sobándome el clítoris me iba a correr, decidí parar y volver a salir fuera. Quería correrme, claro que sí...lo necesitaba..., pero quería hacerlo de otra manera mucho más morbosa.

 


     Al salir y ver que nada había cambiado, decidí darles una última oportunidad a ellos y por supuesto también a mí. Pensé y me di cuenta de qué si no era más explícita o provocadora, esa noche me iba a resultar complicado disfrutar con un buen macho. Me senté enfrente de ellos y abrí las piernas como una puta, dejando ver mi transparente mini braguita, mientras que con mi mano derecha me acariciaba la parte alta de los muslos que no cubrían las medias y mis ojos los miraban insinuantemente. Uno de los dos jóvenes no me atraía demasiado, pero el otro sí que me resultaba bastante apetecible, además, me pareció que este último era el propietario de la polla de mejor tamaño que yo había sobado en el pasillo francés, aunque como podéis ver en el vídeo a ninguno de ellos se le había puesto totalmente tiesa.

 


     Continué tocándome y jugando seductoramente con la mirada y las sonrisas, me centré más en el chico que me gustaba y comprobé como posaba sus ojos en mí con evidente deseo, pero para mi desesperación pude constatar que le costaba muchísimo mantener el cruce de miradas. En uno de esos intercambios visuales, le lancé un guiño cómplice, al mismo tiempo que le hice un gesto con la cabeza en dirección al cuarto oscuro, en ese instante percibí en él un gesto de nerviosismo que no supe cómo interpretar, pero mi decisión estaba tomada, así que apurando mi última opción de conquista, me levanté del asiento y balanceando mi trasero de la forma más insinuante que supe me encaminé otra vez al interior de esa casi impenetrable y morbosa oscuridad.


 

     Llevaba ya un buen rato dentro del cuarto bailando yo solita y allí no aparecía ni Dios. Me empezaba a cansar del juego y estaba a punto de salir dando por terminada la noche, pero entonces percibí que la cortina de la entrada se abría y alguien penetró al interior, mi corazón se aceleró y continué moviéndome al son de la música en el centro de la salita, hasta que de pronto sentí un roce en la cadera, continué moviéndome como si nada. La persona que estaba muy cerquita, dándose cuenta de mi reacción pasiva, tomó más confianza y sus fuertes manos me tomaron por la cintura, comenzando a perrear detrás mío muy morbosamente, sentía como poco a poco se iba apretando contra mi culo que yo lascivamente meneaba contra aquella enorme dureza, mientras que sus manos amparadas por la oscuridad se iban desplazando por todo mi cuerpo magreándome de una manera decidida y procaz.

 


    Me sentí muy satisfecha por haber conseguido llegar a aquella situación que tanto había deseado durante toda la noche, inevitablemente la adrenalina se hizo dueña de mí y me sentí tremendamente cachonda, sobre todo al llevar tanto tiempo sin estar con un macho de verdad y quizás también, por el añadido de haberme tomado dos copas durante el tiempo de espera (el alcohol de manera moderada, consigue el efecto de que mi mente sea mucho más proclive a la excitación y al vicio). Fuimos desplazándonos bailoteando con movimientos lentos, pero al mismo tiempo viciosos hasta el fondo del cuarto, al llegar cerca de un banco que había pegado a la pared, me di la vuelta y mi pelvis comenzó a frotarse rotando contra sus genitales, en ese instante me di cuenta de lo grande y sobre todo gorda que tenía la polla y también de que se trataba del chico que más me había gustado. Con suavidad bien medida me fue desplazando el vestido hacia arriba, hasta dejarlo por encima de la cintura. Una de sus manos bajó hasta mi trasero sobándolo a su entero placer, mientras que la otra desplazaba la mini braguita a un lado con la clara intención de dedearme el coñito. Para facilitar sus deseos y eliminar obstáculos, terminé por quitármela y permití que pudiera tocarme sin impedimento alguno, como impulsivamente hizo. Con todos aquellos tocamientos no pude evitar empezar a gemir como una perra en celo, mientras que el macho dándose cuenta de mi calentura y predisposición, buscaba mi boca y yo el contacto de su pija, nos besamos como dos enamorados, nuestras lenguas comenzaron un frenético y vicioso baile mientras nos pajeábamos como posesos. Yo estaba ardiendo de excitación debido en gran medida a lo morboso de la situación, pero sobre todo a que siempre que estoy con un Macho de boca limpia y cuya lengua húmeda de saliva sabe recorrer mis labios mojándolos sin descanso, para terminar penetrando dentro de mi boca enroscándose con la mía en un tórrido morreo, pierdo el conocimiento. Mis sentidos se dividían o multiplicaban, no sé muy bien que decir, ya que también por abajo notaba como aquella tranca no paraba de crecer entre mis dedos hasta alcanzar un tamaño más que apreciable y no podía evitar el deseo de tenerla dentro de mi húmeda rajita.

 


      Reconozco que en aquel momento ni me acordaba de que el cabestro de mi marido estaba fuera sin tener la más mínima idea de lo que estaba ocurriendo dentro del cuarto y de los enormes cuernos que le estaban creciendo. Mi mente estaba casi totalmente entregada por la fuerza del deseo. El joven semental me sacó las dos tetas por el escote y comenzó a acariciarlas primero y a lamerme los pezones después, absorbiendo de ellos como un bebé hambriento, llegando a ponerlos como garbanzos de duros, luego me hizo sentarme en el banco que había pegado a la pared, me abrió las piernas y comenzó a comerme el chocho maravillosamente haciéndome gemir como una puta caliente, estuvo un buen rato recorriendo la rajita con su lengua y poniéndome al borde del orgasmo. Yo también deseaba corresponder al placer que me había proporcionado, así que le hice sentarse e inmediatamente me incliné para mamarle la polla como si no hubiera un mañana, la tenía muy gorda y me costaba mantenerla dentro de mi boca, aunque no desaproveché el lujurioso momento para juguetear largamente con aquel hermoso glande que no dejaba de expulsar líquido preseminal. En la oscuridad los sentidos se agudizan y el olor a sexo lujurioso invadía nuestro entorno provocándonos la necesidad de ir más allá, cogí su polla y tiré de ella haciéndole levantarse, nos pusimos de pie uno frente al otro, enseguida nuestras bocas se volvieron a juntar, esta vez con el afrodisíaco y estimulante olor de nuestros respectivos sexos. Seguimos morreándonos como cerdos babosos, mientras que con mi mano usaba el grueso capullo para darme y mojarme a lo largo de toda la raja y clítoris. El joven macho movía la pelvis descontroladamente, buscando introducirse dentro de mí. Me di cuenta de su viciosa intención y para evitarlo cerré las piernas bruscamente aprisionando su verga fuertemente dejándola atrapada entre ellas y los labios de mi coño que todavía no estaba preparado para recibir una tranca de aquel calibre, el Macho no paraba de follar mis piernas convulsivamente y claro, aquel incesante roce contra mi caliente conejito me estaba poniendo malísima de tanta excitación. Ambos gemíamos como perros desenfrenados y por mi parte, en cada movimiento que el chico daba con su pene, sentía como mis piernas se aflojaban e iban cediendo a lo que parecía inevitable, ya casi estaba a punto de dejarme penetrar, cuando sentí que alguien ajeno a nosotros dos, me tocaba la cintura y seguidamente el culo desnudo, aquello me sorprendió y me cortó el excitante momento de calentura. Lógicamente quise saber de quien se trataba, encendí la pantalla del móvil y vi que era el gilipollas del cornudo sentado en el banco que nosotros habíamos ocupado hacía un momento para darnos placer, le pregunté ásperamente, qué coño hacía allí y me contestó de forma sumisa que ya habían pasado veinte minutos y que por eso había entrado, le dije que era un estúpido aguafiestas y que dejara de molestar, que cogiera la mini braguita para que no se extraviara y que se marchara fuera hasta que yo saliera, agachó las orejas como un puto mierda y se marchó del cuarto. Mientras el manso salía, el chico y yo volvimos a lo nuestro sin hacer ni puto caso del desgraciado cornudo.

 


    Aunque las enormes ganas de morbo que yo tenía de VOLVER A EMPEZAR a disfrutar de todo lo que me había visto obligada a dejar debido a las restricciones pasadas. Aquella noche al ser la primera salida después de tantos meses, mi intención no era otra, que la de tener una primera toma de contacto con el ambiente swinger y en ningún momento me pasó por la cabeza el que se me diera la oportunidad de follar, así que debido a ese torpe pensamiento no había tenido la precaución de meter en mi bolso el tubito de lubricante. No obstante, aquel gordo capullo expulsaba bastante líquido preseminal que el chico esparcía hábilmente a lo largo de los labios de mi coñito humedeciéndolos. Mi calentura era máxima e incontrolable, así que llegó un momento que abriéndome de piernas le pedí que me la metiera, pero no sin antes advertirle que fuera despacio, porque estaba muy cerradita de no follar en tantos meses, se sorprendió pero me contestó que estuviera tranquila, que me la metería con mucho cuidado y suavemente, después se agachó me abrió el chocho con los dedos y escupió dos veces en la caliente cueva, luego se levantó y apuntó el duro ariete hacia la entrada de mi estrecha rajita, empujó lentamente desplazando con el grueso capullo los labios mayores muy humedecidos por nuestros jugos y comenzó a penetrarme. Mi excitación me hacía desear que toda aquella gorda tranca invadiera mi interior hasta que sus calientes huevos hicieran tope, pero cuando el viscoso glande comenzó su andadura invadiendo mi interior, sentí un incipiente dolor que me hizo comprender que todavía era demasiado pronto para que mi coño pudiera albergar una tranca de aquel calibre, así que muy contrariada por no ser capaz de acoger en mi vagina aquel hermoso rabo, le pedí que sacara lo poco que me había podido meter, pero a pesar del dolor, no me resignaba a terminar sin correrme y también quería que él lo hiciera, así que como seguíamos demasiado calientes, le propuse terminar los dos masturbándonos, el chico entendió mi reticencia a ser penetrada y tampoco le desagradó la idea de corrernos tocándonos y retozando como cerdos, sin pensarlo más nos pusimos manos a la obra (nunca mejor dicho).

 


    Buscando estar lo más cómodos posible, nos pusimos en el banco a comernos la boca, yo me senté sobre sus piernas meneándole la verga, mientras que él me masajeaba el clítoris que quedaba totalmente expuesto al tener mis extremidades abiertas a ambos lados de las suyas. Con el ruido de la música, lo único que se podía escuchar vagamente, era el sonido de algún gemido o gruñido que salía de nuestras gargantas, presas de la excitación, el chico estaba sentado hacia la puerta y por ese motivo pudo darse cuenta de que alguien volvía a entrar en el cuarto y se acercaba a donde nosotros nos encontrábamos, me dio una palmadita en la pierna advirtiéndome de la inoportuna presencia, volví un poco la cabeza, bastante molesta y pensando que sería otra vez el cornudo, pero al girarme vi en la penumbra que la silueta era mucho más grande y me di cuenta de que se trataba del amigo de mi macho de ese momento, me echó mano al culo sin pedir permiso y yo se la retiré rápidamente, negándome de inmediato a que participara con nosotros en una especie de trío, que es lo que parecía buscar. Mi negativa fue muy tajante por dos razones de peso: la primera, porque en aquel instante solo me apetecía jugar con el chico que había conseguido calentarme como una perra y con el cual ya había conectado perfectamente y la segunda y también muy importante, porque cuando le había tocado la pollita en el glory hole había podido comprobar que la tenía bastante pequeña y no me motivaba absolutamente nada, bastante tengo con la mierdecilla de penecito que tengo en casa (en una corta secuencia del vídeo se puede ver la colita del amigo). El chico aceptó mi negativa sin problema alguno y salió del cuarto, de esa forma nosotros pudimos terminar de desahogar nuestras respectivas calenturas con unas corridas bestiales. De la que yo tuve, puedo dar y fe y pienso que para mí joven semental, por el gruñido tan fuerte que dio, también lo fue.


 

     Salimos los dos cogidos de la cintura, yo un poco mareada por todo lo vivido y también por el efecto de las dos bebidas que me había tomado, me quedé un rato hablando con ellos y permití que mi amante le mostrara mis pechos a su amigo y se los dejara tocar (siempre con mi consentimiento, claro está) cuando lo estaba haciendo volví la mirada y me encontré con la del puto ciervo y su estúpido semblante entristecido de cornudo abandonado, todos los presentes se habían dado cuenta de lo que es y más de alguno miraban la situación con gesto burlón. Pasado un tiempo me senté un poco a su lado y con sorna le acaricié la frente, fingiendo que me pinchaba, logrando con mi gesto burlón que se escuchara alguna risita. Cuando me hube terminado de relajar, le ordené al cabestro (pensando en vosotros) que me sacara algunas fotos por la zona de arriba, para que pudierais ver el vestuario que me puse para esa primera ocasión ya que en el vídeo estaba segura de que no se podría apreciar bien (tal y como así fue). Después de que el manso me sacara algunas instantáneas haciendo poses que os pudieran gustar, le dije que por esa noche ya me había divertido suficientemente y le ordené marcharnos, ya que allí quedaba muy poca tela que cortar.

 

     Desde aquel día ya he hecho un par de salidas más y en ninguna de ellas me he olvidado de meter el lubricante en el bolso ya que nunca se sabe dónde puede saltar la liebre o el "conejo"    

 


martes, 1 de marzo de 2022

AA-CONDICIONES SUMISOS

CONDICIONES PARA SUMISOS

 


      Saludos perro sumiso, sí ahora mismo estás leyendo mis condiciones, doy por sentado que deseas estar sometido a mis deseos. Apruebo tu decisión, pero para que eso pueda suceder, lo primero que debes tener bien clarito, es que desde el primer momento en que te dirijas a mí de cualquier forma posible, deberás nombrarme como AMA DANA, SEÑORA, DIOSA, AMA o DÓMINA y nunca jamás te podrás permitir tutearme. El respeto hacia mi persona para cualquier aspirante a ser esclavizado, deberá ser en todo momento el máximo, siempre claro está, que realmente desees servirme y estar bajo mis órdenes.

 

      Antes de que me digne a ofrecerte el privilegio de una primera cita para poder conocerte, te voy a explicar cómo me gusta llevar el "juego de dominación". Espero que leas todo muy atentamente y que respondas a la totalidad de mis preguntas sin necesidad de volvértelas a repetir, me cabrea mucho el andar perdiendo el tiempo con sumisos bobos.

 

     En principio y para refrescarte las ideas, quiero que conozcas algo más de mí. Como seguramente ya habrás leído en mi blog, yo soy una mujer madura muy Dominante y casada con Porky, un puto perro, infeliz, sumiso y totalmente impotente, que no merece otra cosa, que ser tratado con el máximo desprecio, haciendo de él un animal esclavizado a mis deseos y perversiones.

 

     Lo que yo busco en siervos como tú (si me decido a someterte), es que la sesión sea lo más morbosa e imaginativa posible, aunque eso sí, siempre dentro de los límites pactados de antemano. Además, y a pesar de considerarte como poco más que un animal para mi diversión, te concederé tres palabras de seguridad que podrás usar en caso de ser un perro pusilánime y miedoso, dichas palabras serán las siguientes: ROJO (para parar), AMBAR (para mantener el nivel y no pasarlo) y VERDE (para continuar).

 

      Es imprescindible y te exijo la máxima sinceridad cuando me escribas, cuando lo hagas, quiero que me cuentes tus más oscuras fantasías por pervertidas o depravadas que sean, aunque en ellas esté incluido el incesto de cualquier tipo. Yo no me asusto fácilmente y si eres capaz de abrirte y sincerarte conmigo, será el mejor punto de partida para que si al final te concedo una primera sesión, pueda llegar a ser lo más estimulante posible, tanto para ti como para mí. También te digo, que no me gusta escuchar absolutamente nada relacionado con la coprofilia o necrofilia, así que las fantasías sobre esas prácticas quedan totalmente descartadas.

 

      Si eres un perro de mente viciosa y estás abierto a la bisexualidad, te adelanto que vas a tener muchas más opciones para ser seleccionado, ya que mi estúpido esclavo e impotente marido siempre está presente en las sesiones, de forma activa o pasiva y me excita mucho someterlo doblegando sus antiguos gustos machistas y obligarlo a mantener sexo con otro perro como él, ya sea mamando, siendo enculado como una puta o usado como un objeto sexual.

 

     Mi manera de proceder, para comenzar a preparar una posible cita es la siguiente:

Como primer paso, el aspirante a esclavo deberá ponerse en contacto conmigo a través de mi correo electrónico: danacarm@hotmail.com

 

     En dicho mensaje deberás contarme todas tus fantasías o inquietudes de sumisión, por muy viciosas o pervertidas que sean. Cuando yo reciba dicho correo, lo contestaré lo antes que pueda y si lo que me has contado me complace y me parece fiable, trataré de que podamos conocernos o hablar por teléfono, con el fin de tener una primera toma de contacto más personal. Si después de esa conversación detecto un interés real de adiestramiento y me convence tu manera de expresarte, pasaré a concederte una primera cita, cuyo objetivo no será otro que conocernos y comprobar el grado de obediencia real que puedes llegar a tener.

 

      Será muy importante que cuando estés frente a mí, sepas estar a la altura de un buen siervo sin tener en cuenta en ningún momento, el que mi perro esclavo esté presente. Que te quede muy claro, que Porky no es más que el animalito que siempre me acompaña como mascota de compañía, por lo tanto, es obvio que mi puto sumiso no tiene voz ni voto en mi elección, así que en todo momento, no debes dejar de verlo más que como lo que realmente es: un simple objeto de uso sin opinión alguna.

 

      En el instante en que me demuestres que estás dispuesto a servirme y que también estás totalmente de acuerdo con mis condiciones, pasaré a considerar tu petición de sumisión, y si te he visto adecuado y decidido, concertaremos la primera toma de contacto en un día y hora en que a ambos nos vaya bien para vernos en persona y comprobar si tanto tú, como perro sumiso y yo como Ama, cumplimos las respectivas expectativas. Si después de ese primer encuentro, la conexión Ama, esclavo es positiva, comenzaré a planificar lo que sin duda deberá desembocar en una buena sesión de adiestramiento, pudiendo ser el preludio de otras posteriores, siempre claro está que ambos obtengamos de ella ese objetivo vicioso que sacie nuestro morbo y fantasías. La primera cita siempre me gusta hacerla en algún sitio discreto, tranquilo y con poco ruido, para poder charlar y comprobar gran parte de lo dicho anteriormente.

 

      Siempre que voy a conocer y comprobar la clase de perro que quiere ser adiestrado o dominado por mí, pierdo mucho tiempo en maquillarme y vestirme como la ocasión requiere. Por lo tanto, exijo que el sumiso acuda también muy limpito y con un aspecto adecuado para lo que de él espero.

 

      Por otra parte, si durante la cita me apetece y el sitio donde estemos es propicio, será muy posible que me apetezca probarte y divertirme un poco contigo, siempre claro está, que yo te guste como AMA y tú a mí como perro, el que ambos estemos de acuerdo es totalmente imprescindible. Si no lo terminas de tener claro y piensas poner algún tipo de objeción de antemano, es mucho mejor olvidarnos del tema y que nunca lleguemos a vernos las caras.

 

     Sí como ya te he dicho me apetece probarte y jugar contigo, tienes que tener muy claro que le ordenaré a mi mascota Porky que haga fotos o grabe. Si veo que pones algún tipo de reparo al respecto, lo entenderé como una señal inequívoca de que no te he gustado como Dómina, cosa que por otra parte puedo entender perfectamente. Si eso sucede hablaremos lo justo y daré por terminada la comunicación contigo. El juego que pueda darse en esa primera cita, lo decidiré yo sobre la marcha y a ti solo te quedará una única opción que será la de obedecerme.

 

     Tengo la ingrata experiencia de qué en alguna desafortunada ocasión, me ha sucedido el haber quedado con algún sumiso qué a la hora del juego, se ha mostrado más pendiente de situarse de forma que no salga su cara que de obedecer mis órdenes. Ten por seguro qué, si eso sucediese, cortaré la situación de inmediato sin más explicaciones, no me gusta que me tomen el pelo y me cabrean muchísimo los perros estúpidos que quieren pasarse de listos. De todas maneras y aunque yo disfruto muchísimo más observando las expresiones del rostro del animal, puedo acceder a que se ponga una máscara si el muy imbécil no tiene la suficiente confianza en mi total discreción, que por otra parte está más que sobradamente demostrada. De todas formas, prefiero que lo de taparse la cara se me diga antes de conocernos y sabiéndolo y en última instancia ya juzgaré yo si con esas premisas deseo citarme con el aspirante a esclavo o no.

 

     Llevo ya unos cuantos años teniendo citas y sesiones y a día de hoy todavía tiene que ser la primera vez que alguien me reclame por haber usado las fotos o grabaciones de forma indebida. No tienes más que ver el blog, para comprobar que nadie resulta reconocible. El respeto a la intimidad o anonimato de la persona (sea amante o esclavo), para mí es más que sagrado.

 

     Los requisitos que exijo para conceder una cita son los siguientes:

Sumiso mayor de 20 años, muy limpio, bien vestido y sobre todo muy obediente y decidido. Detesto el olor a tabaco y la falta de higiene.

 

     Cuando me transmitas la suficiente confianza de que vas en serio, podré darte mi número de teléfono para que me llames. Cuando lo hagas será muy posible que te lo coja mi sirviente esclavo Porky, si eso sucede, dile que eres otro perro sumiso como él y le pides que te ponga con su Señora DANA; no debes tener ningún problema en hacerlo ya que el muy inútil no es más que una basura de tu misma especie. Si por un casual yo no estuviera en ese momento, le puedes pedir algo de información o si lo prefieres que te diga cuando voy a estar yo y me vuelves a llamar.

 

     Una vez que esa primera cita haya concluido satisfactoriamente y ambos estemos de acuerdo en realizar una sesión de sometimiento, deberías tener sitio o buscarlo. Si no tienes muy claro cómo hacerlo, te podré dar información de algún apartamento u hotel discreto y no demasiado caro.

 

     Por muy tonto que puedas ser, salta a la vista lo mucho que disfruto con la dominación de los hombrecitos venidos a menos, me encanta someter y adiestrar a los perros sumisos como eres tú, por ese motivo, nunca me he planteado dedicarme a ello profesionalmente. Me desagrada muchísimo el estar mirando el reloj como hacen la mayoría de las dóminas que cobran por ejercer de Ama y que basan las sesiones en cuatro tonterías sin imaginación alguna. Para mí, una buena sesión debe durar todo el tiempo que haga falta hasta conseguir que sea totalmente satisfactoria, tanto para el esclavo como por supuesto, para mí.

 

     Después de todas estas explicaciones, quiero que sepas, que debido a la gran cantidad de sumisos que me escriben queriendo pertenecer a mi jauría de perros, he llegado a la conclusión de replantearme mi vida como Dómina y tomar la determinación de que a partir de ya mismo, pongo como condición ineludible, la obligatoriedad de que el esclavo me aporte el consiguiente tributo que me permita el poder sufragar los cuantiosos gastos originados en la compra de vestuario y también de todo el gran arsenal de instrumentos de dominación que he ido adquiriendo a lo largo de mucho tiempo.

     No obstante, no quiero ser yo quien marque la cuantía de dicho tributo, prefiero dejar que sea el esclavo quien sepa valorar el trabajo de sometimiento que pienso ejercer con él para conseguir el mejor adiestramiento y sacar de su interior el lado más servil y dócil. Como es de lógica, si el tributo que se me ofrezca me resulta ridículo y falto de valoración hacia mi persona, lo desestimaré sin más palabras, pero sí por el contrario el sumiso se muestra generoso con la que pretende sea su Ama, conseguirá que mi implicación en su adiestramiento, doma y sometimiento sea de una forma mucho más intensa y satisfactoria tanto para mí como para él.

 

     Si has llegado hasta aquí y continúas interesado en convertirte en mi esclavo, te ordeno que cuando me escribas me digas de donde eres, tu edad y también tu nombre o Nick. Si eres de mi ciudad, quiero saber la zona o barrio por donde vives (no me gustaría toparme con un vecino o alguien demasiado cercano a mí)

 

     Quiero decirte también, que soy enemiga del sexo virtual a través de mensajes o llamadas, y desde luego que tampoco admito los calentones por teléfono, si veo que la cosa va por ahí cortaré inmediatamente.

 

MUY IMPORTANTE: NUNCA CONTESTO teléfonos ocultos

 

     Como ya he dejado claro, me gusta GRABAR o FOTOGRAFIAR LAS SESIONES, ya que disfruto muchísimo en los días posteriores, viendo todo el desarrollo del encuentro, mientras que analizo los comportamientos de los perros sumisos durante su adiestramiento o doma, y de esa forma puedo seguir experimentando y aprendiendo más de vuestras reacciones con el fin de poder elevar al máximo el nivel de mi poder sobre vosotros, putos esclavos.

 

    Las fotos que se hagan tanto en la primera cita como en la sesión, sí te da morbo tenerlas y quieres que te las envíe, lo haré sin problema, pero siempre con las caras retocadas, para que nadie salga reconocible. También es muy posible que si el encuentro ha resultado excitante, tal y como a mí me gusta, decida colgarlo en mi blog, pero igualmente siempre con el rostro o cualquier otro dato identificativo borrado (no tienes más que ver todo lo que tengo publicado, para comprobar que siempre lo he hecho de esa manera).

 

    En las sesiones de sometimiento que ejerzo sobre cualquier esclavo, mi perro sumiso Porky siempre me acompaña como siervo, ayudante o para ser sometido junto al animal de turno y también como ya sabéis, para que grabe o fotografíe siempre que yo se lo ordene.

 

     Una advertencia que quiero que tengas muy presente, en el caso de que te asalten las dudas o simplemente te estés calentando fantaseando con algo que nunca te vas a atrever a llevar a cabo. Pongo en tu conocimiento que estoy cansada y harta de sumisos imbéciles o pajilleros, que solamente saben hacerme perder el tiempo, escribiendo o llamando para que cuando llega la hora de quedar cara a cara, echarse para atrás cobardemente y no atreverse ni siquiera a conocerme.

 

     Ahora ya, todo queda en la decisión que tengas para cumplir o vivir una fantasía que quizás no se te presente otra vez en tu vida. Ya sabes todas mis condiciones y si por algún casual no estás de acuerdo con alguna de ellas, lo entenderé. Pero en ese caso, lo que debes hacer es pasar página, olvidarte de mí y buscar otra Ama que se adapte a lo que quieres o buscas, y de esa forma no perderemos el tiempo ni tú ni yo.

 

     Y por último solamente una cosita más, para todos aquellos que os encontráis con muchos condicionantes (ya sea por distancia o por vida personal), podría plantearme hacer algunas excepciones y apiadarme de vosotros, concediéndoos una sesión de humillación y sometimiento virtual bien sea por Skype o por vídeo llamada, pero siempre que con anterioridad me hagáis llegar el consiguiente tributo por esa deferencia que os ofrezco. Como todos sabéis a mí me gusta la dominación de los perros en persona y cara a cara, pero debido a la cantidad de sumisos que me solicitan adiestramiento y doma desde sitios muy lejanos, podría llegar a replantearme el hacerlo de esta manera también.

 

TE RECUERDO MI CORREO PERSONAL: danacarm@hotmail.com