domingo, 5 de febrero de 2023

CORNEADOR IMPETUOSO - 2

 


      Satisfaciendo la demanda de tantos seguidores que me habéis escrito anhelantes de seguir viendo el encuentro sexual, aquí os pongo la continuación esperando que os siga poniendo igual o más cachondos que la anterior. ¡SOIS UNOS VICIOSOS PERVERTIDOS!, casi me asustáis..., con lo buenecita que yo soy, ji,ji,ji.




 

     Comienzo el vídeo poniendo una pequeña parte de donde finalizó el anterior, para así facilitaros el seguimiento del vicioso encuentro.




 

     Como en la primera parte, tengo muy poquito que contar por lo mismo que ya os dije en su momento, las imágenes de la grabación, creo son lo suficientemente explícitas y espero que calientes, para no tener que añadir mucho más, aun así, algún pequeño apunte sobre lo que sentí aquel día, también puede resultar interesante.

 




     Como bien sabéis todos mis seguidores, el primer reportaje de este intenso encuentro se quedó cortado en el momento en que el Macho Alfa se disponía a penetrar el interior de mi vagina, después de que al cabestro se le impusiera la orden de meterse en el baño y cerrar la puerta con la mordaz intención de que a su escaso cerebro solamente le quedara la opción de sufrir e imaginar lo que podría estar pasando en el interior de la habitación entre la mamá de su hijita y aquel potente amante. Yo soy muy consciente de que cuando le ordeno salir o le tapo los ojos para que no vea lo que está sucediendo, el puerco lo pasa realmente mal e incluso a veces cuando le levanto esa restricción el muy inútil llorica sale de su encierro visual con una clara expresión lacrimógena, cosa que por otra parte me satisface y excita al ratificarme en que todas las mortificaciones o castigos que le impongo no son más que lo que se merece por ser tan poco hombre.

 




     Al comienzo de la ansiada penetración, sentí como el húmedo glande del macho guiado por su sabia mano se apoyaba en la entrada de mi hirviente hendidura dispuesto a embestirme, en aquel momento y sintiendo que ya no había marcha atrás no pude reprimir un inexplicable temblor que recorrió y enervó todo mi cuerpo, hasta que sin previo aviso noté la fuerza de aquella primera e invasiva estocada que únicamente dejó de colarse en mi interior cuando sus gordos cojones hicieron de tope en la entrada de mi coño. El grueso cipote del macho se introducía demasiado ajustadamente a las paredes interiores de mi vagina e incluso me molestaba un poquitín a pesar de lo muchísimo que me gustaba sentirlo horadando mi pequeña gruta. Tened en cuenta que hasta entonces mi vulva había sido profanada muy pocas veces y de ellas ninguna con un verga tan gorda y tan larga. Afortunadamente ese pequeño malestar remitió enseguida y se convirtió en un inmenso placer debido a que casi inmediatamente mi chochito comenzó a segregar viscosos fluidos que facilitaban la lubricación de la caliente follada. Aunque no alcanzaba a ver cómo me entraba aquel mástil ardiente, podía imaginarlo al sentir como tanto los labios como las paredes interiores de mi coño se expandían ante los empujes de aquel duro y bonito falo curvo, que con rítmicos golpes de cadera iba invadiendo espacios que hasta aquel día ningún otro hombre había alcanzado.




 

    Me resulta bastante difícil describir todo lo que gocé al sentir mi candente rajita llena de carne dura y latiente al mismo tiempo que mi boca también era invadida por la lengua serpenteante del semental en viciosos morreos lascivos e intensos con gran intercambio de fluidos. Hasta entonces, nunca había imaginado que sentir como la saliva de un macho que hasta ese día era un total desconocido, entrara en mi boca de manera tan abundante y no sintiera el mínimo rechazo, sino todo lo contrario, me pudiera suceder, pero lo cierto fue que cuantas más babas suyas entraban en mi boca más las deseaba y más excitada me ponía, mi cabeza funcionaba de manera extrañísima y estaba súper guarra y salida, mientras sentía la energía trepidante de los pollazos que aquel semental me estaba clavando.

 




    Cuando me puso a cuatro patas como una perrita (según sus propias palabras), me excitó todavía mucho más y creo que fue en aquel encuentro cuando comencé a descubrir lo mucho que me calentaba durante la follada, el lenguaje sucio e incluso a veces grosero del macho. En el vídeo me parece que no se aprecia bien, pero la parte interior de mis muslos estaba chorreando de flujo. Os puedo asegurar que tenía el chocho ardiendo como un horno. Que sensación animalizada era la que mi mente recibía al sentirme como una perra montada por el semental Alfa. A pesar de que mi cerebro se veía inmerso en sensaciones desconocidas, también se mezclaban en él diferentes fantasías morbosas. Una de las que pasó por mi cabeza, fue el imaginarme como aquel perro follador anudaba mi chocho dejándome enganchada a su polla como si yo hubiera sido una vulgar perra caliente, permaneciendo unidos varios minutos sin poder separarnos hasta que todo su semen pasara a mi interior, básicamente lo que sería una típica monta canina.

 




    Poco antes de que aquel cabronazo me hiciera eyacular como una perra, desfilaron por mi cabeza toda una serie de pensamientos de odio y de inmenso rechazo e incluso asco hacia el hijo de puta cornudo que estaba encerrado en el baño, por no haber sido capaz de hacerme sentir tan hembra caliente como me sentía en ese momento, en toda la puta vida en que yo había sido su esposa fiel y haberme hecho desperdiciar tantos años de mi existencia. Lógicamente este hecho debe pagarlo y como todos sabéis, su destino de esclavitud y sufrimiento permanente mientras yo no lo repudie y lo expulse de mi lado está más que escrito, firmado y rubricado.

 




    Aprovecho aquí para reclamar e insistir a cualquier macho que desee conocerme y participar de mis juegos viciosos, que es fundamental se involucre en la degradación, humillación, vejación, sometimiento, etc. de esa cosa cobarde e impotente que tengo por marido.

 

Continuará