Por fin doy por terminada, esta
serie de relatos tan largos; y con este último capítulo, os envío el vídeo con
la finalización del cuestionario que entre varios de vosotros preparasteis para
ser respondido por mi marido cornudo. Agradezco vuestras preguntas; en muchos
casos, cargadas de humillación hacia el cabestro. Las que me parecieron más
vejatorias, fueron con las que más disfruté ejerciendo de interlocutora y
obligando a Porky a responderlas.
Os vuelvo a poner la fotografía con
vuestras interpelaciones al pelele, con la finalidad de refrescar vuestra
memoria, aunque creo que se entienden bastante bien en el vídeo. Y sin más que
añadir, os invito a leer la conclusión de mi historia.
Muy cansada de tan agobiante día, me senté
en el salón, dándole vueltas a todo lo sucedido, estaba tremendamente
confundida, pero tenía la firme decisión de investigar hasta averiguar, que era
lo que podía haber causado un desenlace tan extraño e inesperado.
Aquella noche no dormí nada bien, me
desperté temprano y reflexioné sobre todo lo sucedido durante el castigo;
particularmente en la manera tan lamentable en que había quedado sumido Porky.
Permití que el puerco reposara hasta bien
entrada la tarde, pensé que el descanso recompondría su lastimoso estado, tanto
físico como mental. Lo acaecido el día anterior me había dejado muy confundida,
y no sabía a qué achacar el estado de trance en el que el primate se había
sumergido. Al principio, como ya he comentado, pensé que las pastillas para
perro que le había suministrado sin él darse cuenta, podrían haber tenido en su
organismo, un efecto altamente nocivo. Pero algo no encajaba y no terminaba de
verlo claro, por más vueltas que le daba en mi cabeza, seguía estando
desconcertada.
Serían aproximadamente las cinco de la
tarde, cuando al entrar de nuevo en la alcoba, me encontré al gorrino con los
ojos medio abiertos, le ordené entonces que viniera a la cocina para tomar algo
que lo reanimara del todo. Porky se levantó de la cama torpemente, increpado
por mis voces autoritarias; lo hizo con movimientos lentos y sin atreverse a
levantar la vista, su andar era con pasos cortos e inseguros y el cuerpo
aparentemente dolorido, estaba plagado de hematomas y algunas heridas, le
obligué a comer y beber alguna cosa, que él tragaba con dificultad. Viendo que
su lamentable estado no daba síntomas de mejoría, lo mandé de nuevo a tumbarse
en el lecho hasta nueva orden.
Aunque trataba de disipar todas las dudas
que lo ocurrido había sembrado en mi interior, no conseguía avanzar en ello.
Con el paso del tiempo, seguía sin comprender todo aquel inesperado desenlace;
hasta que de repente me vino a la cabeza mi amigo médico, con el que hacía ya
un tiempo, había tenido buenísimos encuentros sexuales, además de haberme
ayudado en el sometimiento y hormonización de Porky, (como algunos seguramente
recordaréis, si leísteis mis primeros reportajes), seguía manteniendo todavía
muy buena amistad con él, pero eso sí, en la distancia, ya que por asuntos
profesionales, tuvo que cambiar su lugar de residencia. Busqué el teléfono que
me dio en su día y marqué, rogando que siguiera manteniendo el mismo número. A
las pocas señales, descolgó y con alivio, escuché su varonil voz; le saludé muy
cariñosa y después de breves comentarios de contenido algo picantes, le conté
lo que había sucedido con pelos y señales; me mostró algo de extrañeza, pero me
comentó que al día siguiente tenía que encontrarse con un colega neurólogo y
que le hablaría del tema con toda la discreción posible; nos despedimos,
quedando en que me llamaría en cuanto tuviera más información.
En la tarde posterior a nuestra
conversación, mi examante me devolvió la llamada. Me dijo que había estado
hablando con el neurólogo y que este le había dado la siguiente información: lo
más probable que podía haber sucedido, es que durante la sesión de sometimiento
a Porky, si el castigo hubiera llegado a un punto difícil de soportar por el
sumiso, su cerebro de manera inconsciente, se habría defendido, entrando en un
especie de trance hipnótico que le permitiera resistir lo que de otra forma era
inevitable. Terminó recomendándome que para investigar más al respecto, me
metiera primero, en una página médica y después en otra de bdsm en la que se
hablaba del "subespacio"; me dijo, que él había entrado en esta
última y le había parecido muy interesante e incluso morbosa.
Agradecí todo el interés mostrado y
después de recordar con mucho agrado, alguno de los viciosos encuentros que
habíamos mantenido en el pasado, nos despedimos con el propósito de volvernos a
encontrar en cuanto se diera la ocasión oportuna. Nada más colgar el teléfono,
me metí en el ordenador tratando de satisfacer mi incipiente interés, para en
el caso de que se volvieran a dar hechos semejantes, poder tener un control de
la situación y no tener que soportar esa angustia, que me había originado el
estado en que quedó postrado Porky.
Ávida de curiosidad, me sumergí en la
lectura de aquellas páginas web. Al principio me costaba entender algunos
términos que se vertían en ellas, pero indagando por los buscadores de
internet, todo fue cobrando un sentido, particularmente, cuando leí lo que se
explicaba al respecto en la página bdsm; debo reconocer que lo que averigüé, me
dejó sin palabras.
Cuando di por terminada la lectura,
comencé a comprender lo sucedido con mi esclavo y también lo acaecido en un
episodio, que había tenido la ocasión de vivir hacía pocos meses. En aquella
ocasión y un par de días antes de los hechos, recibí la llamada de un amigo de
tendencia Dominante, que era y es muy versado en el tema bdsm, me dijo que
tenía mucho interés en verme y hacerme una propuesta. Dado que mantenía una
buena amistad con él, desde hacía ya bastante tiempo, acepté la invitación de
tomar un café y hablar de su misteriosa proposición. Quedamos en vernos esa
misma tarde, en una cafetería cerca de su trabajo. Al llegar a la cita y
después de unas primeras palabras de cordiales saludos, me solicitó lo siguiente:
Quería probar sensaciones fuertes, y estaba muy interesado en vivir una sesión
como sumiso. Ese interés estaba motivado con la finalidad de comprobar una
tesis que él tenía y no había podido experimentar hasta entonces. Me confesó,
que de todas las Amas que conocía (qué eran bastantes); yo era la que más
confianza le inspiraba para llevar a cabo esa experiencia.
La sesión que me solicitaba, consistía en
ser azotado continuamente, subiendo la intensidad de los latigazos
paulatinamente, hasta tratar de conseguir que en su cerebro se diera un efecto
mental, comparable a una dosis de LSD. El Amo, había estudiado e indagado
acerca del "subespacio", y quería comprobar de primera mano, si algo
así podía ser posible y si él era capaz de aguantar el castigo, hasta caer en
ese estado. Me pareció interesante y hasta divertida la propuesta. Acordamos de
vernos al día siguiente y proceder con el experimento.
Nada más entrar en la bodega de mi casa,
adopté el rol de Dómina y le ordené desnudarse, lo sujeté con cuerdas para
evitar que renunciara al castigo antes de tiempo y poniéndolo en la posición
conveniente de flagelación, comencé a propinarle azotes, con diferentes látigos
y fustas; unas veces le daba más flojo y otras mucho más fuerte; mientras el
sometido por orden mía, iba contando los golpes. En las casi 4 horas que duró
la sesión, llegué a propinarle 1.800 latigazos; de los cuales, los que peor
aguantó, fueron algunos de ellos que de vez en cuando le propinaba en las
plantas de los pies. Al terminar la sesión quedó bastante marcado y me comentó
que se sentía extrañamente confundido, me dio las gracias por haberle permitido
llevar a cabo la experiencia y eso fue todo. Cuando volvimos a hablar, ya
pasados unos días, me explicó, que su mente había pasado por fases de
desconcierto y que durante varias jornadas se había sentido como flotando en
una nube, hasta que por fin, y poco a poco, pudo recuperar la normalidad
habitual de su día a día.
Volviendo de nuevo a la cuestión que nos
ocupa. Leí atentamente las diferentes informaciones que sobre el
"subespacio" se vertían en ambas páginas web: en la de asuntos
médicos, me encontré con que el estudio estaba tratado de una manera demasiado
profesional e incluso algo tediosa, sobre todo por mi desconocimiento de muchos
de los términos que en ella se empleaban. Sin embargo, cuando accedí a la de
bdsm, me resultó muy interesante y mucho más sencilla de comprender. La lectura
de una y otra, me aclararon muchos puntos, sobre lo que podía haberle ocurrido
a mi mascota durante la sesión reinsertiva. Salí de dudas, con casi la total
certeza, de que lo que le había sucedido a Porky, no se debía a ningún tipo de
problema medicamentoso, sino a que como consecuencia del inmenso dolor que yo
le infringí para saciar mi rencor, había cruzado la línea roja traspasando la
barrera del "subespacio", sumiéndose en aquel trance hipnótico, que
le hizo insensible al sufrimiento y que a mi tanta preocupación me había
generado (maldito hijo de la gran puta).
De toda la información que me aportaron
ambas páginas, saqué la siguiente conclusión: al adentrarse en el
"subespacio", el esclavo traspasa una especie de umbral mental e
inconscientemente penetra en un estado psicológico alterado, que se produce al
tocar el fondo de resistencia al máximo dolor. Cuando se consigue llegar a ese
punto, el individuo torturado, entra en una especie de trance hipnótico que le
hace abstraerse de la realidad, perdiendo la consciencia e incluso el sentido
del tiempo y espacio. Todo ello es debido a que el sufrimiento, sumisión o
degradación soportados, terminan desencadenando una respuesta del sistema
nervioso parasimpático, que provoca la liberación de adrenalina por las
glándulas suprarrenales y que al mismo tiempo, activan un vertedero de
endorfinas y encefalinas, que no son otra cosa, que unos productos químicos
naturales, que actúan en el cerebro del sumiso, con unos efectos muy similares
a los de algunas drogas, tales: como la morfina o heroína, inhibiendo y
bloqueando el sentido del dolor.
Por lo tanto, cuando el ser esclavizado
alcanza el "subespacio", penetra en una sensación flotante y al mismo
tiempo eufórica, muy similar al hecho de estar borracho. Todas sus
preocupaciones desaparecen, se vuelve incoherente y el dolor se desvanece casi
por completo. Tal es la incongruencia en su cerebro, que la palabra de
seguridad, que a todos los sumisos les ofrezco, para poder parar la sesión
pronunciándola, en el caso de no ser capaz de resistir más castigo, al
encontrarse bajo ese trance, se muestran incapaces de articularla. En el caso
de Porky, esto no llega a suceder, puesto que nunca le otorgo ese tipo de
escape al castigo y siempre soy yo quien decide, hasta donde debe sufrir y
aguantar.
Con toda la información que obtuve, podría
alargarme mucho más en mis explicaciones, pero tampoco quiero ser demasiado
pesada; solamente decir, que los efectos del "subespacio" pueden
durar horas o días y que también tiene sus riesgos. Al actuar como una droga,
el sujeto que lo sufre o disfruta, obtiene un fuerte subidón, pero como a toda
subida luego conlleva la inevitable bajada, y si esa bajada no viene de forma
equilibrada, puede producirse algún tipo de daño psíquico, como consecuencia de
aterrizar en forma abrupta, pudiendo generarse algún tipo de estado depresivo
durante más tiempo del deseado.
Con todas las aclaraciones que obtuve
sobre el "subespacio", quedaron despejadas casi todas mis dudas, y
tuve clarísimo que lo que había sucedido con mi estúpido cabestro, no era otra
cosa, más que el haber propiciado con mis latigazos, el que hubiera podido
traspasar la barrera que lo llevó a penetrar en aquel estado de incoherencia.
Durante el tiempo en que se encontró
sumido en aquella especie de letargo, me podía haber ensañado con mis golpes o
haberlo despellejado en vivo y seguramente hubiera seguido con la misma
expresión en su atocinada cara; por
consiguiente, todo mi desgaste físico al azotar fuertemente sus sebosas carnes,
no hubieran tenido la recompensa de poder aplacar mi rencor, mediante el
padecimiento del animal.
Por todo lo dicho, desde que tuve
constancia de lo que era el "subespacio" y de los efectos tan
negativos para mi realización como Ama; siempre que tengo una sesión bdsm,
trato de evitar que vuelva a sucederme un episodio semejante. Por lo tanto,
cuando tengo la impresión de que Porky o cualquier otro sumiso al que yo esté
adiestrando, puede alcanzar ese estado semi hipnótico; detengo inmediatamente
el castigo y espero un tiempo prudencial para continuar con la tortura que le
esté aplicando. Mi placer es el sufrimiento de los animales de dos patas y no
me gusta renunciar a ello. Si el puto esclavo, no siente dolor, humillación,
degradación, etc., etc., de una forma en que yo pueda desahogar mi adrenalina,
me siento frustrada y muy cabreada.
Como muestra de mi proceder, para evitar
que los perros alcancen esa especie de nirvana; podría servir la sesión que
tuvo que soportar Porky, obligado a contestar vuestro cuestionario. El hijo de
la gran puta, estuvo en varios momentos, bastante cerca de traspasar la
frontera del "subespacio"; por ese motivo, yo hacía pausas que
aprovechaba para cambiar de látigo y volver a golpear seguidamente, siempre y
en todo momento tratando de controlar la sesión, para que el cerdo sufriera
cada uno de mis golpes y terminara de contestar plenamente consciente, dando
respuesta a vuestras morbosas preguntas.
Para esas sesiones en la finca de Dom
Látex, me había llevado varios látigos más y unas cuantas agujas hipodérmicas,
que pensaba emplear durante el largo y duro sometimiento, que tenía previsto
practicar con mi esclavizado marido. La parcela tiene una extensión perfecta
para poder practicar innumerables torturas bdsm. En mi primera inspección
ocular, me había parecido un sitio ideal, para poder ensañarme con el puto
borrego sin temor a que se escuchasen sus lamentos, quejidos o lloriqueos.
Con el fin de conseguir hacer más extremo
el dolor, sobre el cuerpo atocinado de Porky, le había pedido a Dom Látex, que
llevara una botella de alcohol. Quería probar el efecto que produciría en el
amorfo puerco, cuando sin previo aviso, lo arrojara por su espalda, en el
momento en que estuviera fuertemente llagada y pinchada. El Amo, siguiendo mi
petición trajo el frasco de alcohol, pero por motivos que aún desconozco, no lo
pude llegar a usar ya que al final para mi enorme desilusión, no pude llevar a
cabo aquel experimento, ni ninguna otra de las maquiavélicas intenciones con
las que quería obsequiar a mi animal.
La causa de mi decepción, vino
derivada como resultado, de que el Dominante, que hasta entonces yo consideraba
mi amigo, y con el que había intercambiado muchísimos correos, planificando
multitud de sesiones distintas; llegado el momento de poderlas ejecutar, no
estuvo por la labor de alargar mucho tiempo la sesión, ni tampoco de
continuarla al día siguiente; así que lamentablemente, tuve que anular una
noche de estancia en el hotel, para marcharme a otra población, ya que el
haberme desplazado a esa ciudad, que tan a desmano me caía; solamente había
sido con la finalidad de reafirmar mi amistad con Dom Látex y compartir con él,
unas trepidantes sesiones de sado fuerte usando a mi sumiso y también a una
sumisa que él tenía, pero que no llegué a conocer. Y ese fue el motivo, por el
que todo terminó mucho antes de lo que yo hubiera deseado.
Espero que esta serie de capítulos, no os
haya resultado demasiado pesada, y que algunos de vosotros por lo menos, hayáis
aprendido algo de ese tema tan poco conocido como es el "subespacio";
un tema que por otra parte, yo no tenía ni idea de que existiera.
El dolor es una forma de llegar al subespacio. En el foro "Mazmo" ese tema está planteado en varias ocasiones y varias experiencias van en esa línea.
ResponderEliminarYo afirmo que no es la única forma. Puedo contar que yo he experimentado ese subespacio simplemente con un pensamiento, y en varias ocasiones, teniendo tan sólo 3 y 4 años.
Más mayor también, en distintas situaciones de sumisión, tanto con un amigo de la infancia con el que el juego Amo-esclavo se hizo casi una constante durante varios años, como puntualmente con algunas amigas en ciertas ocasiones.
Una fue una de las primeras veces que una de ellas me hizo pis completamente, teniendo yo unos 13 años, toda la meada y obligándome. Empezó como otras veces meando como si estuviese en el váter y yo tragando todo ... pero a mitad de meada paró (ella estaba sentada en mi boca meando, con su culo en mi nariz, cara a mis pies) y preguntó: "¿Te gusta?" Yo le dije la verdad: que no me gustaba. Resulta que el pis no sabe igual todos los días, y ese día sabía muy mal y así se lo dije. Me dijo "Pues te aguantas" y se volvió a sentar y reanudó su meada, con el chorro todo lo fuerte que Ella podía, y yo tragando todo lo rápido que podía. Tanto apretó que al final, con las últimas gotitas soltó un pedo en mi nariz justo cuando yo estaba respirando profundamente. En ese momento me corrí.
Pero el resto de la tarde estuve en un trance, sirviéndola pero como atontado. Imagino que el cuerpo lleno de endorfinas, drogado perdido con mis propias hormonas.
En mi relato ya explico que se puede llegar al "subespacio" de diferentes formas, pero tampoco te puedo decir que grado de trance se puede alcanzar, me imagino que como en todo habrá intensidades, yo no te puedo aclarar nada al respecto, ya que no he pasado por una situación como esa, experimentándolo en primera persona, solamente lo viví a través de lo que le sucedió a Porky.
EliminarMaravilloso final de reportaje Ama. Escuchar al cerdo relatar en primera persona los vejamenes a los que fue sometido y aceptar su condición habla del excelente trabajo que Usted ha hecho en estos años. Creo que lo más humillante fue cuando le tocó la pollita en forma de burla. Lamento eso sí que el Dom no estuviera a la altura de lo esperado. No poder conocer a su sumisa y realizar una sesión conjunta, el tiempo escaso... Poca voluntad demostró este hombre. Quizás esperaba algo que Usted no le dio o no tenía en claro como era la situación. Suerte para Porky pero frustración para Usted Ama. Quizás haya mejor suerte la próxima. Hermosa Usted cómo siempre. Tan dominante y sexy. Saludos Ama
ResponderEliminarExcelente comentario cornudosergio, para perro, has hecho una descripción, en la que has dado en el clavo perfectamente, yo no me siento capaz de dar una explicación mejor de lo que allí sucedió.
ResponderEliminarTe felicito, pero no te lo creas mucho, ya sabes la fábula del burro y la flauta.
Gracias Ama por sus palabras. Un lujo para mí que Usted utilize parte de su valioso tiempo en leer y contestar los comentarios de este cornudo. Saludos.
ResponderEliminarHola cuerno, yo no desprecio los comentarios de los cerdos sumisos, me parecéis imprescindibles para que haya Amas que se aprovechen de vosotros.
EliminarLo que es muy difícil es que yo use a alguno de vustra especie, como macho, tendría que tener muy buena polla para ser usado como muñeco hinchable
francisquin, Hola AMA, decirle ante todo que estoy viciado con su blog, me encanta leer todo , pero oir su voz es una cosa que me sobrepasa, con este video no he tardado mas de un minuto en correrme, su voz autoritaria hace que me excite de una forma vestial . es usted una diosa , besos a sus pies
ResponderEliminarHola francisquín, que cerdo pajero estás hecho, claro así se explica las ganas de buena polla que tiene tu esposa.
EliminarDe todas formas aprecio tu excitación al escucharme, te aseguro que en persona te iba a impresionar mucho más.
Saludos mono pajero
Ama Dana, como Francisquin, yo también me siento casi obligado a leer su blog, todos los días me paso para ver si actualiza con algún nuevo relato de las humillaciones que hace a la cerdita maricona que hacen me excite pensando que podía haber sido yo mismo, además de disfrutar viendo su magnífico cuerpo al que me encantaría poder adorar en persona mientras me humilla de cualquier forma. Dentro de un rato me pondré a realizar las tareas del hogar con mi uniforme para agradar a mi Ama. A sus pies
ResponderEliminarMenuda panda de perros lamedores estáis hechos. Qué lástima no poder reuniros para formar una buena jauría de perritas mariconas y llevaros a cuatro patas lamiendo donde pisan mis tacones.
ResponderEliminarYa sabes cornuda sissy, que me tienes muy lejos para poder algún día postrarte a mis pies y adorarme como hembra muy superior a ti.
Una pena, zorra
La pena es que no pudiese terminar la tarde como tenía planeado. Hubiera sido la guinda del pastel.
ResponderEliminarUna pregunta, si su esclavo cae enfermo (algo relativamente leve que con ibuprofeno o paracetamol se pase) ¿tiene que seguir sirviéndola? ¿baja las exigencias? ¿le exime y le toca a usted hacer las cosas? ¿le castiga y azota si no cumple como si estuviera bueno?
Se me ha planteado la pregunta porque ayer por la tarde caí malo (nada grave: escalofríos, atontamiento, dolores musculares, ganas de estar tumbado) y claro, flojeé en mis obligaciones y mi Señora tuvo que llegar a fregar los cacharros de la cena porque me veía hecho polvo. Esta mañana y aunque aún estoy tocado me he puesto las pilas y he hecho todo lo pendiente, salvo tirar la basura que me quedó pendiente de anoche -y me he azotado por ello lo que corresponde-
Si que fue una pena y un putada hacer un viaje tan largo para tan poco, aunque lo poco estuvo bien y fue una experiencia interesante, sobre todo lo de la charca y el cerdo.
ResponderEliminarA tu pregunta, te diré que si el manso está enfermo, le ordeno hacer lo imprescindible y lo que no, se queda en espera hasta que está en mejores condiciones.
Ama Dana, la leo siempre, comento a veces. Me encanta todo. El sometimiento del cerdo está en su maxima expresion. Una pena lo de vuestro amigo el amo, que flaqueó, pero ya habrá otras chances de morbosear. Me excitó mucho lo de vuestra hija y la revisión que hizo de ella. Me da curiosidad: está de novia ya? Con algún futuro Porky? Finalmente, lamentar que hice preguntas largas y detalladas; pensé que el cerdo las leería y respodería con tiempo y no que serían de esta forma. Para la próxima seré más conciso. Como siempre, un placer leerla, oirla y verla. Sigue asi. Un fan vuestro. Mr. Morbulio.
ResponderEliminarHola Mr. Morbulio, un placer recibir tus mensajes, me encanta que disfrutes con los padecimientos del cerdo (coincidimos plenamente).
EliminarSi que fue una verdadera lástima no haber podido someter muchísimo más al animal. Mi decepción fue muy grande y no quiero entrar en detalles, prefiero dejarlo aquí y olvidarme del tema.
Por supuesto que habrá otros chances para hacer sufrir al inútil y si vuelvo a plantear un nuevo cuestionario, me gustaría contar contigo.
Sobre mi hija, salvo que la historia lo requiera, prefiero no dar muchos detalles.
Besos
Un espectáculo tan excelso para tus seguidores como patético y denigrante para el cornudo cebón de porky. Es digno de elogio sacar algo como este video de un engendro vomitivo y asqueroso como el cabestro mantecoso. Gracias Dana por compartirlo con nosotros.
ResponderEliminarHola ekoeko, para una mente tan sádica como la tuya, está claro que el espectáculo de mi patético cerdo siendo torturado, sería un buen plato a degustar.
ResponderEliminarLas circunstancias que ya he contado fueron el impedimento para que la sesión no siguiera por los cauces de sufrimiento que tenía previsto aplicar sobre le cabestro mantecón.
Me alegro mucho de que te lo pases bien viendo sufrir a un enano mental, que no es más que un bufón dedicado a divertirme a mí y a mis amigos.
She knows his weakness for her feet and intends to exploit it to the full extent. She wants him desperate and begging for the smallest opportunity to suck on her soles.
ResponderEliminarHello, I do not speak English and therefore it is difficult to answer your message. Thanks for writing to me. 💋
Eliminar¡¡¡¡Magnífico, sublime!!!! Hacía tiempo que no entraba en el blog y observo con gran agrado que el Divino Marqués está empezando a quedar a la altura del barro comparado contigo. Tus aventuras están contadas al abrigo de la verdad, y eso te hace Única e Imprescindible. Divina Marquesa, sí, permíteme que te llame así, porque mereces ese título nobiliario y mucho más, y mereces también una estatua ecuestre que Te inmortalice en bronce sobre los hombros de ese asno atocinado que tienes por marido y por castigo. Si bien, gracias a tu audacia el castigo se ha convertido en el más preciado de los regalos para todos nosotros, tus seguidores y admiradores. Entusiastas seguidores de tu venganza contra el destino. Y por decir... diría que mereces el premio Nobel de las Ciencias, por tus impresionantes hallazgos en zoogenética, por haber creado semejante engendro, por haber gestado en el laboratorio de tu Bendito Cerebro tamaño monstruo, suma de puerco comelefas, de asno estúpido, de perro grasiento, y de cabestro inútil que no sabe ni gobernar sus propias astas. Seguramente que la mezcla es más rica y compleja, pero mis conocimientos en ciencia no están ni de cerca a la altura de los tuyos, Doctora Excelentísima y Magnífica del FemDom . Cuando tu imaginación se pone al servicio de lo perverso, se convierte en una fuerza imparable e infinita. Una fuerza atrayente, hipnótica, que nos hace tuyos a todos
ResponderEliminarTe adoro, Bella Dana, Soberbia Ninfa del Ebro, Divina Marquesa. Reina y Monarca Absoluta del BDSM Mundial.
Abrumador mensaje mi apreciado amigo (no tan anónimo), al cual debo la iniciación de este blog y al que muchos de los que disfrutáis con mis aventuras, deberiais dar las gracias por haberme alentado a publicar mis gozos y también las penurias de Porky.
EliminarMe viene a la cabeza el día que compartiste vivencias con mi animal, desde un punto de vista bastante diferente al que hoy ostentas y que parece disfrutas más, también recuerdo como gozaste cuando te ofrecí mis pechos para ser tocados y lamidos por tus labios, es cierto que yo tambien disfruté con ello, pero el tamaño de tu polla denotaba más claramente tu estado de excitación, cosa que me encantó.
Tengo poco más que decir sobre tu maravilloso mensaje, lo considero excesivo, pero sumamente halagador, gracias amigo.
Me encanto esta serie de post!
ResponderEliminarEcho en falta que tuvieras sexo delante del cornudo atado con el hombre.
Hola Máster A, un placer que hayas disfrutado con esta serie.
EliminarSi ato a Porky como tu deseas, os perderiais las escenas que el muy cabrón graba y fotografía, a no ser que una cuarta persona estuviera en el encuentro como ya sucedió en una ocasión.
Ola ama Dana,soy d mallorca no sabe las ganas de estar Asus pies llevo tiempo siguiéndola y es usted lo k yo megustaria como gusano
ResponderEliminarSaludos gusano, si quieres que te tenga en cuenta para pisotearte si voy por Mallorca, escríbeme a mi correo y dame más datos sobre ti.
ResponderEliminarEspero que me escribas perro.
Saludos, Señora.
ResponderEliminar¿Ha ido más allá la conversación con su hija sobre el cabestro?
Un sumiso saludo.
licky
Hola gusanito licky, los asuntos que conciernen a determinados comportamientos familiares, prefiero no contestarlos y menos a un puto sumiso, como tú.
ResponderEliminarOtra cosa puede ser, que en algún momento me apetezca escribir sobre ese tema, que no sería muy difícil.
Saludos perro
Gracias por contestar, Señora.
ResponderEliminarEstaré , como siempre, atento su blog.
Aprovecho para feliciarla efusivamente por la calidad de su blog. Sigo sus andanzas desde hace años, y la verdad, es usted apasionantemente maravillosa.
Un sumiso saludo desde Madrid.
licky
Me parece muy bien que sigas mis andanzas y que estés atento a mi blog, eres un buen perro.
ResponderEliminarSi tienes interés en conocerme, deberías escribirme a mi correo, es posible que no tardando mucho tiempo, haga un viaje por Madrid.
Saludos gusano
Muchas gracias de nuevo por su tiempo, Señora.
ResponderEliminarLe enviaré ese correo.
Un sumiso saludo.
licky
Está muy bien que me agradezcas el tiempo que pierdo escribiendo a un perro como tu, habiendo buenos machos por ahí.
ResponderEliminarEspero tu correo puerco