jueves, 22 de junio de 2017

Proceso del cambio 2.ª parte



>Me cuesta un esfuerzo grande recordar todo lo vivido, porque hay situaciones que con el paso del tiempo y con hechos muchas veces traumáticos para mi, se van perdiendo en la memoria o quizás inconscientemente mi mente se niega a revivir.



Como conté anteriormente, cuando veíamos aquellos anuncios de la TV, mi esposa me decía que no me preocupara por sus comentarios divertidos y a veces picantes, que nosotros éramos un matrimonio normal y nunca haríamos esas barbaridades, yo me tranquilizaba aunque por otro lado todas las noches, sin saber como ni porqué, Dana terminaba viendo los dichosos anuncios y con preguntitas al respecto, como,

- ¿Cariño tu crees que una mujer se lo pasará bien con dos hombres? no lo puedo imaginar - ¿Qué se sentirá haciendo algo así? encima si la tienen de esos tamaños tan grandes que dicen, bufff....

Cuando hacía esos comentarios al mismo tiempo solía tocarme por encima del pantalón del pijama con bastante malicia, poniéndome la cola tiesa, además con el peligro de que entrara nuestra hija de improviso y me pillara en tales condiciones, en alguna ocasión sucedió esto y entonces mi esposa cambiaba rápido de canal, pero al mismo tiempo se daba unas risas enormes al observar mis apuros para taparme y disimular mi erección, mi hija cuando esto sucedía nos miraba extrañada y solía decirnos,

- No sé que marcha lleváis parecéis críos u otra cosa peor.



Así transcurrían los días hasta que pasado un tiempo con estas bromitas, salió un anuncio en el que más o menos venía a decir:

- Hombre maduro, se ofrece para pareja que quiera tener una experiencia diferente, he estudiado psicología y tengo un trato exquisito para las señoras y "especial" para los maridos, os divertiréis, tomaremos un café y hablaremos con respeto y amistad.

- Daba su teléfono para contactar, asegurando que era persona divertida y que no pasaría nada raro.

- En aquel momento Dana me hizo un pequeño comentario de curiosidad por ese texto, pero ahí quedó la cosa, yo ya ni volví a pensar en aquello.





Al día siguiente como tantas otras veces a lo que me di cuenta mi esposa había ido a parar de nuevo a la página de contactos y no solo eso, sino que me dio la impresión de andar buscando el mismo anuncio del día anterior, no tardó mucho en localizarlo y volvérmelo a leer, me dejó estupefacto cuando de forma tímida me dijo,

- ¿Te apetece que quedemos con esta persona y tomemos un café con él, parece muy majo?

Yo le repliqué

- ¿Qué estás diciendo? ¿Te has vuelto loca? esos juegos pueden ser peligrosos

Pero ella mimosa y tocándome la cola, insistía con bastante insistencia,

- ¿Si no estamos a gusto o no nos resulta agradable nos vamos y ya está? a mi me apetece y a lo mejor nos dice algo que nos anime a salir de tanta monotonía, además si vemos que es de confianza le podemos preguntar algo para que tu respondas mejor en la cama, al fin y al cabo es psicólogo y nos saldría la consulta gratis, cariño.

Yo le contesté que me daba corte, que era arriesgado, no lo conocíamos de nada y a saber lo que podíamos encontrarnos,



Al día siguiente volvió a la carga con el mismo tema y yo le contestaba con mucha reticencia que mejor nos olvidábamos de hacer algo de lo que nos podíamos arrepentir, al final mi negatividad fue vencida por su persistencia; ya sabéis como son las mujeres, esa noche tuve un gatillazo de nuevo como tantas otras noches y entonces ella con gesto algo enfadado me dijo,

- Te vuelvo a recordar que ese hombre del anuncio es psicólogo, nos podemos aprovechar de eso gratis, a ti te va a beneficiar más que a nadie.

Me dio besitos y caricias, y tanto insistió que al final con bastante indecisión accedí a que lo llamáramos, era ya más de la una de la madrugada y nos levantamos para buscar el texto y apuntar el teléfono, estuvimos un buen rato mirando la TV, pero no salía el anuncio por ningún lado, cosa que me alegró mucho, parecía que todo se ponía de mi parte para librarme de aquel deseo de Dana, pero cuando ya desistíamos de recorrer la pantalla buscando, después de mucho tiempo y nos íbamos a retirar a dormir, mi esposa con cara de acordarse, dijo,

- Espera cariño que creo que casualmente lo apunté el otro día, menos mal, ja,ja,ja,.



Fue a un cajón de la cocina, sacó un librito de recetas y de él extrajo un papel dobladito en cuatro donde tenía apuntado el dichoso número de teléfono. A mi todo aquello se me hizo bastante extraño, me dio la impresión de que mi esposa sabía desde un principio que lo tenía guardado, pero como no lo sé a ciencia cierta, tampoco lo puedo asegurar.

A pesar de mis crecientes dudas, le dije,

- De acuerdo, llama tu a ver que te parece y queda con él pero que sea en una cafetería céntrica para que no tengamos problemas,

Pero Dana me dijo,

- No, mejor ponte tu primero, a mi me da bastante corte y luego ya hablaré yo, no te apures.

No me hacía ninguna gracia, la situación se escapaba de mi control y tampoco sabía muy bien que decir, no obstante, mientras Dana me ponía morritos e insistía, al final no tuve otro remedio que llamar, era muy tarde y pensé que no lo cogería, pero al poco de empezar a sonar el tono de llamada, me contestó una voz bastante fuerte, le dije titubeando y nervioso

- Buenas noches, perdone que le moleste a estas horas, le llamo por lo del anuncio,

El me cortó y con voz firme me dijo,

- ¿Cómo te llamas?,

Le dije mi nombre y luego le pregunté el suyo,

- Me llamo Jorge, ¿No serás hombre solo? - me contestó

- No, mi esposa está aquí al lado,

- Vale es que hay mucho marica suelto, ¿Cómo se llama ella?

- Dana

- ¿Que edad tenéis?

Se la dije

- Un poco mayores me parecéis para estas aventuras pero nunca es tarde para jugar. Dile que se ponga a ella, ya he hablado bastante contigo.

- Le paso, gracias hasta luego.

- Adiós, si nos conocemos te divertirás, tengo mucha psicología con los maridos complacientes, hasta el día de la cita, porque por ahora ya hemos hablado demasiado tu y yo.

El tono que empleó conmigo era autoritario y cortante, me hizo sentirme muy inseguro, no obstante obedeciendo le di el teléfono a mi esposa.



- Hola, - le dijo ella casi en un susurro

- Hola Dana, Es un placer hablar contigo, soy Jorge, espero que de aquí salga una cita y nos podamos conocer, me ha dado la impresión de que tienes una voz muy bonita.

- Tu también Jorge.

- ¿Es la primera vez que tenéis este tipo de citas?.

- Si, es la primera, vimos su anuncio en la Tv. y nos pareció interesante y curioso.

- Me agrada que seas primeriza, me gusta mucho quedar con gente sin experiencia es muy bonito y sugestivo, ya verás que será una charla muy distendida, ¿Cómo te gusta vestir?

- Pues suelo vestir discreta, me gusta llevar pantalón, alguna blusa, en fin muy normalita.

- ¿Y que tipo de zapato?

- Normales más bien cómodos,

- Demasiado tradicional Dana, te voy a tener que renegar, ja,ja,ja,, bueno a la cita me agradaría que vinieras con blusa como dices, falda a ser posible un poco por encima de la rodilla y zapato de tacón.

- Pues zapatos de tacón solo tengo un par que llevé en una boda y son como de fiesta, ¿como voy a ir calzada así?, no pegan.

- Me da igual, tu póntelos una mujer como te me estoy imaginando tiene que ir sobre tacones,

- Vaaaleeee - contestó un poco a regañadientes

-¿Bueno dime cuando podemos quedar para conocernos.?

- Espera un momento Jorge que le pregunto a mi marido cuando le viene bien.

- No le preguntes nada a mi me interesa saber cuando te viene bien a ti que eres la persona importante en esto, él ya vendrá no te preocupes.

- Bueno, valeee... ¿Cómo lo tienes mañana después de cenar?, mi hija estará estudiando y podremos salir un rato.





- ¿Conoces la cafetería S. .........., que está cerca de Plza. Aragón?

Si, la conocemos, alguna vez he estado por esa zona, además me parece bien porque es céntrica y te iba a proponer yo un lugar similar.

- ¿A las 9,30 te va bien?, de cualquier forma como tenéis mi teléfono me haces una llamada al salir de casa, me dices el color de tu ropa y así sabré seguro que acudís a la cita, hay gente que en el último momento se echan para atrás y me desagrada e irrita perder el tiempo. - Yo mido 1,80 ¿vosotros?

- Esa hora nos puede ir bien, yo mido 1,58 y mi marido 1,60

- Que chiquitín, ja,ja,ja, mejor, me gustan los maridos manejables, ja,ja,ja, me hacen gracia, hasta mañana guapa. Un beso para ti y recuerdos a ese.

Al tener puesto el manos libres escuché como se reía.

Dana me dijo al colgar,

- Parece muy majo y respetuoso, es divertido y halagador, ¿No te parece?
- No sé, no sé, no estoy seguro, eso de decirte lo que te debes poner, me ha parecido excesivo no termino de estar seguro con todo esto.

- Anda, anda, no seas tonto ya verás como será divertido y al mismo tiempo una experiencia diferente, quizás no le gustan los pantalones al fin y al cabo eso no nos va a costar dinero, te recuerdo que tengo la falda de fuelle aquella que me puse en verano y que además no es muy corta. Así que tranquilo.





Todo esto me lo dijo con una mezcla de excitación en su cara, se había hecho bastante tarde y nos fuimos a la cama, una vez acostados Dana empezó a meterme mano de una manera que no era normal en ella, pero yo en lugar de responder a sus caricias, con todo el malestar que llevaba, le dije que mejor dormir que al día siguiente tenía que madrugar.



Ahora pienso que debí haberme esforzado y dejado satisfecha, quizás hubieran cambiado muchas cosas en el futuro.......pero eso nunca lo sabré.





2 comentarios:

  1. HUM ¿¿¿

    Eso pinta muy bien ¡
    Esposa liberal en busca de una vida mas libre , abierta curiosa de todo lo corriente , sensual .
    Y un marido mas bien torpe , inútil en el sentido del sexo enfin el perfecto cornudo sumiso .
    Esperamos lo que va seguir
    pedro

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Has acertado de pleno, Pedro, esa es mi manera de vida y la que al cornudo no le queda otra manera que acatar.
      Espero que lo que siga publicando continúe captando tu atención.

      Eliminar